Percance Magico - Wangxian (Traducción)

Magic Mishap: act one¡¡

Lan Xichen sonrió ampliamente ante su audiencia de dos personas, pareciendo mucho más satisfecho de sí mismo que cualquiera que haya sido criado con la estricta adherencia de Lan Qiren a la humildad, y ciertamente más que una persona con sus habilidades mágicas muy poco notables (léase: terribles) debería ser. A pesar de ello, su público aplaudió con entusiasmo. Es decir, Nie Mingjue se levantó de su asiento y animó a su novio, mientras que Lan Wangji aplaudió a medias ante la lamentable exhibición de su hermano. No sería conveniente fomentar este comportamiento más de lo que ya lo hizo.

Lan Xichen se inclinó hacia abajo, la piña todavía chocando con su mano enguantada. Lan Wangji avanzo para agarrar la fruta llena de espinas antes que su hermano pudiera sacar otro truco de magia de su barata manga sintética. Cuando Nie Mingjue había mencionado la piña hace más de media hora, Lan Wangji estaba seguro de que había sido con la intención de comer la fruta. En su lugar, Lan Xichen había insistido en vestirse con el ridículo atuendo de mago, y había pasado los siguientes terribles largos minutos finiendo hacer que la piña desapareciera por la manga de su capa y luego reapareciera en su mano.

Lan Wangji llevo la piña a la cocina y comenzó a cortar su capa exterior llena de puntas. Su apetito por la fruta se había desvanecido en los primeros cinco minutos del espectáculo de magia de Lan Xichen. Amaba mucho a su hermano, pero no era para nada parcial frente a su interminable lista de hobbies, sobre todo porque cualquiera que fuese el interés du jour*de Lan Xichen, estaba dispuesto a obsesionarse sobre ello hasta que pase a otra cosa.

La fabricación de velas ha sido lo suficientemente mala, al igual que el sumergimiento desordenado en hidroeléctrica, y por no mencionar las otras adiciones de Lan Xichen en el amito de las artes en la pintura. El skateboarding había sido un completo desastre que había resultado en una visita a emergencias.

Su aventura en el mundo de la repostería había sido agradable porque Lan Xichen era realmente un cocinero decente, pero inevitablemente se volvió desinteresado en su hobby y se movió a otra cosa (bonsái, si bien Lan Wangji recuerda). Por supuesto, su habilidad en música nunca estuvo en cuestión, y Lan Wangji de nuevo se encontró preguntándose porque su hermano no pudo estar contento con eso como un hobby único.

La verdad, reflexiono Lan Wangji, era que todos alrededor de Lan Xichen se cansan de sus pasatiempos mucho antes de que el mismo hombre lo hiciera, y Lan Wangji solo podía rezar de que su hermano encontrara otro interés pronto para capturar su fantasía. Sus trucos de magia (si se podían llamar así) eran embarazosos para decir poco.

La sombra corpulenta de Nie Mingjue apareció en la entrada de la cocina, y Lan Wangji soltó un suspiro —tú lo motivas— Dijo hacia la tabla de cortar.

Sintió a Nie Mingjue encogerse de hombros, y vio de reojo como la gran mano del hombre se acercó a para agarrar un trozo de mango del plato. —Lo amo, Wangji— simplemente dijo —solo quiero que sea feliz—.

Ahí recae el problema, Lan Wangji pensó con desaliento: él y Nie Mingjue se preocupaban mucho por Lan Xichen hasta el punto de que eran físicamente incapaces de rechazar sus ridículos caprichos.

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Algunas semanas más tarde, Nie Huaisang los tenía a todos cautivos en el solárium, después de haberlos atraído bajo la excusa de una tarde de té. Lan Wangji estaba pateándose internamente por haber ignorado su instinto de que el Nie menor estaba tramando algo. Estaba avergonzado de admitir que fue fácilmente influenciado por la tentación de unos pasteles de aspecto exquisito que Nie Huaisang había adquirido de alguien al que se refería como Yanli-jie.

Era muy tarde para escapar ahora; Nie Huaisang estaba bloqueando la única salida viable de la habitación, a excepción de la más cercana a Lan Wangji, saltando del porche. No es que ninguno de ellos pudiera fácilmente mover a Nie Huaisang del camino, pero lo que el diminuto hombre le falta de estatura estaba compensado para su mera esencia, y ninguno de ellos se atrevía a hacerle frente. Nadie se metía con Nie Huaisang y que viviera para contarlo.