POR UNA MUJER No.1️⃣0️⃣/SERIE HOMBRES DE LA SIERRA

CAPÍTULO 24 CASTIGO

Román y Javier estaban parados juntos, ante ellos tenían a Francisco, sus manos y sus pies estaban atados, Lucía golpes en diferentes partes del cuerpo.

_ Veo que te salió mal tu jueguito. - dijo Román acercándose más a él.

_ Mientras esté vivo. - lo miró retadoramente. Lo seguiré intentando, siempre habrá gente que quiera ayudarme y juro que tú y tu amigo pronto estarán fuera de combate.

_ ¿Tu crees? - se burló. _ no veo aquí a tu gente ayudándote.

_ La tengo y vendrán por mí y tú y ese idiota pagaran muy caro lo que me están haciendo. - miro a Javier que observaba la escena apartado, dándole su espacio a Román.

_ Ese idiota. - se acercó Javier peligrosamente. _ ahora es el esposo de tu hija.

_ Que patético. - dijo con desprecio. _ los dos amigos inseparables, compartiendo a la misma mujer, eso sí que es amistad. - rió a carcajadas. _ ninguno de los dos sabe con cuantos más estuvo antes de ustedes.

_ Serás su padre, pero a mi mujer la respetas. - le asestó Javier un golpe en el rostro. _ Si por ti fuera así hubiera sido, pero ahora está bajo mi cuidado y nadie, escúchame bien, nadie volverá a ponerle una mano encima y menos tú. - lo miró con rabia.

La cara de burla y de auto suficiencia, había desaparecido de Francisco, Javier le había asestado otro golpe, esta vez en el abdomen y se retorcía de dolor.

_ ¡Detente! - gritó angustiado pensando que lo golpearía de nuevo. _ ahora, soy tu suegro, me debes respeto.

_ ¿Respeto? - rio Javier. _ ¿de verdad crees que te debo respeto? - acercó su cara a la de él. _ te diré que te debo, sé que eres el padre de mi esposa, y así como tú la has tratado a ella así te trataré yo. Te lo prometo, me importa un carajo que seas mi suegro. - alejó su rostro del de él.

_ ¿Qué quieres decir? - lo miró asustado.

_ Quiero decir que ya tengo a alguien que está muy interesado en ti y va a pagar una muy generosa cantidad, y ¿a que no sabes a donde va a ir a parar ese dinero? ¿Recuerdas a Jorge? si no lo recuerdas refrescaré tu memoria. Es el hombre al que obligaste a secuestrar a tu hija, al que tenías, amenazado con hacer daño a su familia. Él será el beneficiario de tu desgracia.

_ Estás loco, no te atreverías - lo miró asustado.

_ No seas cobarde. - lo miró Román con burla. _ ni siquiera sabes a quien te vamos a entregar.

_ ¿Se te hace conocido el nombre de Rafael Montes? - dijo Javier.

La cara de Francisco perdió el color, claro que había oído hablar de ese hombre, corrían rumores acerca de él, de sus preferencias y de sus prácticas, nada comprobado, pero de ser verdad, era aterrador y él no quería comprobarlo.

Mañana a estas horas. - dijo Javier. _ ya habrás tenido tiempo de comprobar si lo que dicen de él es real, lo malo es que no podrás venir y contarnos porque no saldrás de ahí, pero nos quedaremos con la duda. - dijo socarrón. _ ahora nos retiramos porque tenemos asuntos pendientes. - se alejó de él. _ el principal. - dijo antes de marcharse detrás de Román. _ es hacer a tu hija feliz.

Ambos se alejaron, Javier escuchaba los gritos y las maldiciones que Francisco lanzaba en contra de ellos, pero no le importó, no merecía la compasión de nadie, había intentado matarlos y lo hubiera hecho de haber podido, pero lo peor era que se había atrevido a vender a su propia hija, y lo hubiese seguido haciendo de haber tenido la oportunidad. Ahora, se alegraba de no entregarlo directamente a sus enemigos, aquellos a los que había hecho enojar, Santiago les había dado otra opción, primero lo entregarían a ese hombre, Rafael Montes, si después de eso salía con vida, iría a parar a las manos de la gente que lo estaba buscando.