Capitulo 35: Segundo año: ¿Que hay en un hombre?

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—Tres huesos rotos, ¿eso dijo?

—Si. Aunque están todos arreglados ahora, ella es increíble, solo le toma un hechizo. Los muggles tienen que usar moldes de yeso por muchas semanas.

— ¡Raro!

— ¡REMU! —Sirius azotó la cortina, — ¡Estás VIVO! —Se dejó caer dramáticamente al pie de la cama, —Estaba convencido de que estaba tratando de encubrir algo, la vieja loca no nos dejaba venir.

—No la llames así, —Remus respondió irritado, — ¡Y no me llames así!

—Pero tú querías un apodo, —dijo Sirius, sonando ofendido mientras volvía a ponerse de pie. Peter apareció, con una mirada resentida y sus manos en los bolsillos.

—No. —Remus frunció el ceño, — ¿Cuándo dije que—

—El año pasado. —Sirius dijo rápidamente, —casi exactamente un año atrás, dijiste que te daba igual como te llamáramos mientras no fuera Loony Lupin.

—Dios, tienes la memoria de un elefante. —Remus puso sus ojos en blanco. —De todas formas, —bajó su voz, en caso de que Madam Pomfrey estuviera cerca, —El punto de tener un apodo era que nadie supiera quien hizo el mapa. No creo que ‘Remu’ vaya a engañar a nadie.

—Tienes un buen punto. —Dijo James sabiamente, —por muy divertido que haya sido.

—Bastante justo, —Sirius suspiró pesadamente, — ¿Pero podemos llamarte Remu hasta que se nos ocurra algo mejor?

—No.

—Aburrido. —Sirius buscó algo más que decir, evadiendo conspicuamente mirar los vendajes de Remus. — ¿Entonces nos vamos de aquí o deberé instalarme para un emocionante juego de snap?

—Él no irá a ninguna parte, —Madam Pomfrey interrumpió apresurada, —dejaré al Sr Lupin en observación por la noche.

— ¡No! —Remus protestó, — ¡Me siento mucho mejor! —Siempre decía eso — no era siempre verdad, pero sabía que se empezaría a sentir mejor eventualmente, y no importaba mucho si estaba en la enfermería o no.

—No estoy siendo deliberadamente cruel, Remus, —la enfermera suspiró, —esto es por tu salud.

— ¡Iré directo a la cama!

— ¡Nosotros lo cuidaremos! —dijo James, formal, poniéndose de pie. Remus esperó para ver si eso funcionaba, James era bueno con los adultos, especialmente brujas. Había sabido suavizar a McGonagall una o dos veces (aunque eso pudo haber tenido que ver con sus habilidades para el quidditch)

Madam Pomfrey fue impasible.

—Lo siento, Sr Potter, pero no.

—Bien. —dijo Peter de una forma inusualmente firme. —Entonces nos quedaremos aquí.

—Sí. —Sirius y James dijeron, al mismo tiempo.

— ¡Se perderán la cena! —dijo Remus.

—Estoy segura de que podemos arreglar algo, solo por esta vez. —dijo Madam Pomfrey tratando de no sonreír. —Está bien, niños—pero manténganse en silencio. Y avancen en sus deberes, no los tendré usando al Sr Lupin aquí como excusa para no entregar nada.

Con un movimiento de su varita tres sillas más aparecieron de la nada, junto con un largo escritorio de pino completo, con tinta para sus plumas. Remus abrió su boca para hablar, pero Madam Pomfrey aparentemente era psíquica —Y no, Remus, nada de deberes para ti. Solo descansa.

Remus cerró su boca y se acostó de nuevo. ¿Cómo se suponía que vencería a Sirius y James si la mujer no lo dejaría estudiar?

— ¿Puedo leer mi libro? —preguntó, dócilmente.

All the young dudes - españolWhere stories live. Discover now