Capitulo 23: Segundo año: Hermandad

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Ambos se miraron por unos minutos, y Remus no lograba descifrar si se estaban observando simplemente, o estaban buscando las palabras para decir algo bastante difícil.

—Mira, lo siento, ok—sabías que terminaría en Slyth- —empezó a decir Regulus, pero fue prontamente interrumpido por Sirius, quién se levantó rápidamente de la mesa.

—No quiero tu búho, —dijo fríamente, mirando fijo a su hermano, —Si necesito enviar una carta, usaré el de James.

Dicho esto, empujó a Regulus y se encaminó a la puerta. James, Remus y Peter se apresuraron en seguirlo. Remus volteó su mirada a Regulus, quien se veía muy pálido.

Remus no pensó mucho sobre Regulus — ya habían dibujado la línea, y era su deber como merodeadores apoyar a Sirius. Además, estaban muy ocupados una vez que las lecciones empezaron.

Remus se enfocó completamente en sus estudios, al contrario de su comportamiento el Septiembre pasado. Leía ansiosamente, respondía las preguntas que hacían en clase y completaba sus deberes tan pronto como se los dieran. En todo, excepto pociones, era un estudiante modelo. No había olvidado lo que había leído el año pasado, sobre las personas con su problema. No les iba bien una vez que dejaban la escuela. Los que eran suficientemente estúpidos para firmar el registro eran excluidos de casi todas los trabajos mágicos especializados. Tendría que ser el mejor de los mejores, y aun así eso podría no ser suficiente, pero aún le quedaban seis años para seguir intentándolo.

Había otro elemento que motivaba sus aspiraciones académicas —Sirius. Bueno, Sirius y James, realmente, pero sobre todo Sirius. Remus no dudaba que Sirius fuera su amigo, —pero dudaba que Sirius lo viera como un igual. Iba en contra de las creencias de la familia Black sobre la pureza de la sangre, pero al mismo tiempo remarcaba la ascendencia squib de Peter. Esto era siempre a sus espaldas, y Remus empezó a tener miedo de que diría Sirius sobre él.

Remus había aprendido durante su primer año en Hogwarts que ser un 'mestizo' significaba ser ligeramente menos confiado que otros magos. Los Slytherins, en particular, elegían como blanco a estudiantes con cualquier tipo de ascendencia muggle —Marlene McKinnon, quien su padre era muggle, había perfeccionado el hechizo moco de murciélago antes que cualquier otro en su curso, como una forma de defensa. Lily Evans estaba protegida de cualquier tormento cuando Snape estaba cerca, pero estaba claro que muchos estudiantes pensaban que era una engreída, considerando su ascendencia.

Sirius nunca expresó lo que pensaba abiertamente, pero Remus tenía la sensación de que el hecho de que le iba tan bien en la escuela era una prueba de que su magia era de alguna forma mejor. Remus tenía el fuerte deseo de probarle que se equivocaba. Esto resultó ser una leve sorpresa; él nunca había sido competitivo — pero entonces, nunca antes había tenido las herramientas para competir.

Por supuesto, había un obstáculo insuperable para Remus, y en Septiembre del 1972 ocurrió al final del mes. Remus estaba un poco temeroso, como siempre, y los días previos recordó mencionar que no se sentía bien en orden de preparar a sus compañeros para su inminente ausencia. Sinceramente, nunca se había sentido mejor. Aunque las transformaciones habían empeorado, y los días que requería de recuperación eran más largos, Remus también descubrió que a medida que la luna crecía e iba reuniendo fuerza, él también lo hacía.

Estaba vorazmente hambriendo, sus sentidos mucho más afilados, su magia espesa y pesada en su lengua como un jarabe y apenas dormía del todo, en vez, pasaba la mitad de la noche leyendo de forma voráz, tratando de ignorar los susurros furtivos de Sirius y James que venían de la cama de al lado.

Prontamente llegó a la enfermería, y Madam Pomfrey y McGonagall una vez más lo acompañaron bajo el Sauce Boxeador. Se mantuvieron en silencio hasta que atravesaron los terrenos, pero una vez que Remus estuvo encerrado en la cabaña, escuchó a las dos mujeres detenerse y empezar a hablar mientras volvían por el túnel. No debieron haber notado que él podía oírles — que su sentido del oído era mucho mejor que la mayoría de la gente, especialmente en una luna llena.

All the young dudes - españolWhere stories live. Discover now