Capítulo 36©

Start bij het begin
                                    

-¿Marcus?

-¿Acaso tienes otro esposo? - Liviana miró mal a Jayne y esta sonrió - Está abajo esperando por ti.

¿Qué hacía Marcus aquí? - se preguntó Liviana. Ella no lo quería ver, no después de la humillación que le hizo pasar la noche anterior frente a todos los empleados y aún más frente a lady Emma.

-Entonces que se retire porque no pienso salir de aquí - respondió Liviana muy seria y decidida.

Marcus le había hecho mucho daño, ya no quería seguir sufriendo, tenía que cuidar de ella y de su bebé.

-No será muy fácil despacharlo, te espera y dice que no se irá hasta hablar contigo - explicó Jayne dejando a Liviana sorprendida.

-¿En serio?

-Ajá...

-No sé... Entonces envía a alguien, a un mozo que lo saque, no lo quiero ver, dile que estoy indispuesta.

-Está bien, haré lo posible.

Jayne salió de la habitación de Liviana y ordenó a Lizzy, que traía el desayuno, que encontrara dos mozos que la ayudaran a sacar a Marcus de la residencia. Lizzy hizo exactamente lo que se le ordenó, fue directo a las caballerizas donde se encontraban los trabajadores más fuertes de la residencia. Avisó a dos de ellos y los llevó con ella hasta el salón donde se encontraba Marcus, y pidió que la esperaran afuera. Al entrar, Marcus se levantó del sillón y camino hasta ella.

-¿Y mi esposa? - preguntó.

-Milady está algo indispuesta esta mañana, y no quiere visitas. Me ha pedido que le dijese que se fuera.

-Ya dije que no me iré sin ver a mi esposa, y más ahora que está indispuesta - dijo Marcus sin intención de retirarse.

-Y yo he dicho excelencia, que milady no quiere recibirlo, si es tan educado por favor, retírese.

-¡NO! ¡Quiero hablar con mi esposa! - caminó directo a la puerta, pero al abrirla se encontró con dos fuertes y grandes hombres que impedían su paso - ¡Salgan de mi camino!

Pero ninguno de los dos hombres se movieron, Marcus impulsado por la rabia y la desesperación los empujó lejos para ir a la habitación de Liviana, pero fue detenido por los hombres que ya había apartado de su camino, los tres forcejeaban, Marcus quería liberarse de los brazos que impedían ver a su esposa.

-¡Marcus! - todos se detuvieron cuando escucharon el grito, Marcus miró a la mujer que bajaba las escaleras mientras él arreglaba su costoso traje azul oscuro.

-Jayne - saludó con la formalidad y educación con la que un duque debería de actuar -. Buenos días.

-¿Qué estás haciendo? - preguntó Jayne sin siquiera responder el saludo.

-Quiero hablar con mi esposa.

-¿Con tu esposa? ¿Ahora? Marcus, pensé que eras un hombre más sensato y justo a pesar de todo lo que le has hecho a mi amiga, pero lo que hiciste anoche me reafirma que eres un completo idiota, y te digo que no importa que seas un duque.

-Lo sé, y merezco todos los insultos que tengas en mente, sé que hice mal en no creer en Liviana, sin dejarla explicarse, por haberle gritado y por eso estoy aquí, quiero pedirle perdón, que me perdone por todas las tonterías que he hecho durante nuestro matrimonio...

Miserable Matrimonio (Saga #1 «Amores Encadenados») Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu