Los barrios bajos

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Puedes diferenciar una zona de cualquier ciudad, con tan solo olor el aroma del ambiente, si el ambiente huele a flores y de alguna manera a natural, te puedo asegurar que estas en una buena zona, quizás no de las mejores, ya que estas suelen oler a cierta tecnología, pero estas en una buena zona. Sin embargo, si el olor es a orina, marihuana, cocaina, humo emanado por el cigarro, ese a olor a prostitución, putrefacción por cadáveres tirados como basura por la berma. Créeme que no es la mejor zona. Pero en esta ciudad, en todos lados el olor a putrefacción se sentía, solo en la zona política no podía sentir el aroma, quizás porque los ministros, abogados, legislativos, hombres de la justicia, que deberían estar luchando contra un mal mayor, llamado corrupción. Aquellos hombres que juraban por su patria luchar contra este mal, se aliaban a el, cual rebaño, uno detrás de otro. Llega un punto de no retorno, llega un punto que nada importa, solo crecer, o al menos tratar, en ese mundo donde surge el mas "astuto", donde la policía hace vista omisa al llamado del ciudadano, donde los jueces dejan libres a las personas culpadas de cometer algún crimen, lo curioso es que la mejor excusa que tiene es "No hay pruebas suficientes". El dinero es lo que prevalece, sin embargo, no siempre el que tenga dinero tiene el poder. En este mundo corrupto y desolado, la mayor parte de la gente prefiere quedarse apartado de este nuevo mundo, solo trabajar para un sueldo mínimo, para satisfacer su hambre, tener hijos y seguir con este patrón, sin embargo, los que quieren surgir en este mundo tienen dos formas. 

La primera forma y la mas típica es ser un político, es la mejor forma de prevalecer, por eso, día a día, miles de jóvenes postulan a la política, sin embargo, muchos de aquellos jóvenes solo son novatos o son manejados por sus bancadas para lograr la meta de aquella ideología que tanto ansían tener, pero la segunda es formar o ser parte de una pandilla, las cuales desde que la corrupción empezó a brotar, se hicieron mas fuertes y mejorando armamento y munición, aquella idea era increíblemente loca, pero era el camino mas fácil, por así decirlo, ya que tenias que satisfacer a tus "Jefes" o crear tu propia pandilla, sin embargo, casi nadie lo lograba.

Michael, el cual estaba parado con una foto en mano, la foto de su madre, contemplaba con mayor detalle el paisaje que su ventana le mostraba, frente a su casa tenia un parque, casi verde, mejor dicho, algunas partes verdes, especialmente la de un vecino, que resaltaba su carisma y apoyo al barrio, una pequeña loza de futbol, en donde el mismo creció, jugando y creando historias fantásticas, soñando en algún día ser alguien reconocido en esta vida, pero esos años de soñar y de crear historias ya pasaron, Michael tenia que crear su propia historia, aunque el sabia que solo no iba a llegar muy lejos. Sus ojos estaban ansiosos, sus pupilas se dilataban, en señal de angustia. A lo lejos logro ver a dos chicos, de su misma edad, 16, los dos tenían unas mochilas, quizás llevando cerveza o un producto alcohólico, para emborracharse hasta olvidar su propio nombre, o hacer o decir cosas que nunca se diría estando sobrio. Michael era el anfitrión perfecto, había preparado bocadillos el mismo y logro que su madre le dejara mas de 200 soles para la semana, con ese dinero se compraría un par de cervezas mas. Su madre tuvo que viajar a los Estados Unidos por motivos de trabajo y un par de días mas de diversión. Su hijo, Michael, no iba a desaprovechar esta oportunidad, durante mucho tiempo se la paso pensando en como surgir, en como ser alguien y no solo un simple trabajador o una simple persona mas, quería tener ambiciones diferentes, quería ser un hombre nuevo.

Aquellos dos chicos, tocaron la puerta de Michael, eran exactamente medianoche, la diversión recién comenzaba, la habitación de Michael quedaba en el segundo piso, al escuchar el sonido de la mano en contacto con la puerta, se arreglo su camisa, la cual era de color negro, pantalón blanco, zapatos negros , empezó a caminar un poco lento, cada pisada se sentía pesada, pero sus manos estaban sudando, quizás por la noticia que les iba a dar, pero primero tenían que estar ebrios, bajando las escaleras, logro visualizar su sala principal, en donde se iban a emborrachar, dejando hasta la ultima botella vacía, tomo un paleógrafo enrollado, que estaba en su mesa, no era una mesa elegante pero al menos trataba de serlo. Se arreglo su cabellera negra y con algunos toques de rulos, su mano paso por sus labios, en señal de estar pensando, su rostro empezó a sudar por cada paso, su perro logro verlo y lo acompaño en su camino. La puerta sonó mas fuerte, la mano sudosa de Michael toco la manija, la giro poco a poco, hasta que finalmente la abrió.

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⏰ Última actualización: Oct 01, 2021 ⏰

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