EL GIRO DE LA VENGANZA

Capitulo 50

Lucia: con quién hablas?

Arturo: con nadie... dijo mientras guardaba la fotografía en su chamarra rápidamente.

Lucia: has estado muy callado.

Arturo: no tengo nada que decir, tú tienes todo arreglado para nuestro regreso a México.

Lucia: así es, mira estos son nuestros boletos de avión, nos iremos en dos semanas, tiempo suficiente para que podamos llegar al departamento y todo esté arreglado.

Arturo: como tú digas Lucia.

Lucia: espera.

Arturo: dime.

Lucia: ya enviaste tu carta de renuncia?

Arturo: si, dejaré mi trabajo en una semana.

Lucia: perfecto.

Organizadora de bodas: entonces serían solo 200 invitados?

Regina: así es, además de nuestras familias, algunos amigos y colegas.

Daniel: de mi parte sólo serán dos.

Regina: dos?

Daniel: si, mi madre es lo único que me queda, y Gabriel mi amigo.

Regina: de verdad no tienes familiares lejanos o algún otro amigo que no veas hace tiempo?

Daniel: no mi vida, no he sido de muchas amistades, mis padres al igual que yo eran hijos únicos así que no me queda más familia.

Regina: bueno pues ya cuentas con la mía.

Le dijo mientras le sonreía.

Organizadora de bodas: que lugar quieren para la fiesta?

Regina: mis padres me ofrecieron la casa y es lo suficientemente grande, creo que podrás montar todo en el jardín es enorme.

Organizadora de bodas: bien, que flores quieren en la iglesia y la fiesta?

Regina y Daniel: rosas blancas.

Organizadora de bodas: entendido, quedaría pendiente lo que quieren que se sirva, la música, el pastel de bodas... les dejaré esta lista de opciones para que la lean y elijan lo que más les llame la atención.

Regina: me parece bien.

Daniel: si, se lo enviamos por correo?

Organizadora de bodas: si por favor, en la parte inferior esta mi correo, les pido que este sea enviado en un plazo máximo de 2 días.

Regina: claro.

Después de unos minutos la organizadora de bodas se retiró de la oficina de Regina.

Regina: tengo que buscar el vestido de novia.

Daniel: quieres que te ayude con eso.

Regina: no! Por que ya sabes que es de mala suerte que el novio vea el vestido de la novia antes de la boda.

Daniel: si, es cierto, entonces permíteme que me encargue del vestido de Miranda, mi madre vendrá en unos días y estoy segura que estará encantada de ayudarnos con eso.

Regina: por supuesto que sí.

Durante las siguientes dos semanas Regina y Daniel se la pasaron entre su trabajo, sus momentos con Miranda, los preparativos de su boda, el curso prematrimonial.

Arturo y Lucia regresaron a México.

Al bajar del avión.

Arturo: de regreso a esta ciudad, estarás cerca Regina?

Lucia: mira, allá hay un taxi, agarra las maletas.

Si, Arturo no era muy feliz con Lucia.

Daniel estaba con el notario.

Notario: este el documento oficial donde queda registrado que Miranda es su hija.

Daniel: muchas gracias, gracias amigo.

Gabriel: no hay de que, tu hija ya tiene tu apellido, creo que se acerca el momento de que hables con Regina.

Daniel: si! Mañana mismo sabrá toda la verdad, solo espero que me entienda y podamos seguir con nuestros planes.

Gabriel: vas a ver que sí.

Arturo y Lucia llegaron al departamento.

Arturo: no está nada mal.

Lucia: te dije, vamos a pasarla muy bien, mi padre me dijo que tienes una entrevista de trabajo en un par de días, sus contactos harán lo que sea para que te quedes con ese puesto.

Arturo parecía resignado.

Lucia: ¿te pasa algo?

Arturo: nada, voy a dar una vuelta.

Lucia: te acompaño.

Arturo: prefiero ir solo.

Miranda estaba jugando en el jardín de la casa de sus abuelos.

Regina se probaba vestidos de novia en compañía de su hermana, Verónica y Susana, estaba realmente feliz, contando los días para su boda, cada vestido la hacía ver como toda una princesa, estaba un poco difícil elegir uno solo.

Arturo no estaba lejos de la casa de los padres de Regina así que decidió acercarse, tenía la esperanza de verla, cuando llegó se acercó cuidadosamente y a unos cuantos metros vio a una pequeña niña corriendo por el jardín.

Mirandaaaaa entra, es hora de Merendar, gritó Lorenza asomándose a la entrada.

Al mismo tiempo, Regina llegó en su camioneta, se bajó, Miranda la vio y corrió hacia ella.

Miranda: mamá!!!!.

Arturo: tiene una hija, Regina tiene una hija.

Dijo mientras Regina abrazaba amorosamente a la niña.