-Perdón, es que verlos discutir es lindo.- se encogió de hombros y guardó la cámara en su mochila.

-No, no, niño. Ahora saca ese aparato y cáptame como se debe, si te pones en cuclillas y me tomas la foto de izquierda a derecha saldré perfecto- el tono de Blaise como siempre tan narcisista pero a la vez divertido -pero no bajes mucho porque luego puedo verme muy pequeño y de que me sirve ser alto si no lo voy a presumir.

Salí de ahí para ir a la sala común por un poco de agua y no quería ver al moreno posando para que Colin le hiciera una sesión de fotos privada.

Cuando llegue a mi destino el lugar estaba completamente vacío, tal vez los estudiantes estaban en sus habitaciones. No le preste mucha atención a aquello y fui por mi vaso de agua.

El espeso silencio de la sala fue interrumpido por un fugaz sollozo varonil. El sonido hizo eco y al instante me volteé para ver de quien se trataba. No vi a nadie y el primer pensamiento que vino a mi mente fue:

"¿Desde cuándo Myrtle la llorona llora fuera del baño?"

Deje el vaso sobre la mesita junto a la jarra de agua tratando de hacer el menor ruido posible y fui tras el sonido de aquel llanto.

Caminando de puntillas llegue hasta uno de los sofás frente la chimenea, detrás de él había alguien, ese alguien tuvo identidad cuando asomé mi cabeza y lo vi de espaldas con su cabeza metida entre sus piernas.

Ese cabello platino tenía nombre y apellido, Draco. Estaba ahogando sus lágrimas en sus rodillas apretando sus piernas contra si. Al instante no supe que hacer, era Malfoy, tal vez por encontrarlo así me lanzaría un crucio o obivlio para que se me olvidara.

Me aleje del chico pero cuando me tome mi vaso de agua al volver a ponerlo en la mesita no medí mi fuerza y el impacto del vidrio contra la pulida madera hizo un ruido seco que seguramente el rubio había escuchado.

Me quede helada y lo primero que pensé fue en huir de esa situación hasta que vi que él se levantó de golpe y me miró con el ceño fruncido.

Mis ojos recorrieron al instante los suyos y note que estaban rojos, con unas ojeras decorándolos. Su cara estaba roja por el llanto y sus mejillas aún estaban húmedas por las lágrimas. Al darse cuenta de cómo me quedé observándolo pasó el dorso de su mano bruscamente por sus ojos limpiándolos.

-¿Tú que mierda haces aquí?- habló de mala gana.

-Pues si no lo sabías es la sala común de Slytherin y de por si tengo derecho a bajar cuando me dé la gana.

Aunque su manera de dirigirse a mi estaba siendo un asco todo en él gritaba que necesitaba ayuda. Se supone que los Slytherin somos insensibles y fríos, yo era un tipo de Slytherin estúpidamente modesta que ayudaba a todos cuando lo necesitaban como una completa idiota, porque si, yo era una idiota porque en ese preciso instante sentí la necesidad de ayudarlo. Estaba con su uniforme pero con la corbata desatada, la camisa arrugada, cabello despeinado y sus ojos vacíos pero a la vez llenos de emociones. Debería no haber hecho nada por él y dejarlo ahí que se ahogara con sus lágrimas y esperar a que desapareciera de la fas de la tierra por lo que me había hecho antes, pero no, me acerqué a él y desde ahí empecé a actuar como una idiota empática.

-¿Qué te pasa?- pregunté.

-¿A ti que te importa?

-Tienes razón, no debería importarme lo que suceda con tu asquerosa vida pero, aún así, estoy aquí preguntándote.- su mirada se mantuvo conectada con la mía y al ver que no respondió nada me rendí -Bueno me voy, solo venia por agua.

Mariposas negras +18 (Editando)Where stories live. Discover now