4: "Las luces"

796 73 17
                                    


Ese mismo día fuimos a la casa de Hayley para aclarar las cosas, era más seguro que todos nos quedaramos en el mismo lugar hasta que los vampiros de Marcel dejaran de rondar por todas partes. La noche ya había caído y solo nos topamos con Freya, Elijah, Klaus y Hayley. Rebekah había dejado la ciudad para unas merecidas vacaciones.

Que envidia.

-Aclarado el asunto de mi muerte solo queda una cosa más que destacar de las mentiras de su madre... -dije tras contar la historia ya conocida, estábamos en la sala de la casa. -Mis hijos... nuestros hijos -corregí al ver a Klaus. -están vivos.

Su reacción fue bastante parecida a la mía, primero vino el miedo por ilusionarse al vacío, la tensión y la emoción fueron lo siguiente en un tono agridulce. Me observó por un segundo antes de desviar la vista, procesando la información.

-¿Están seguros? -preguntó Elijah.

-Totalmente seguros. -dijo Dylan. -Marcel los tiene, los hemos visto, son ellos.

-Yo lo confronte. -comenté y Klaus volvió a verme. -No lo negó.

-¿Cómo pudiste arriesgarte así? -preguntó Freya. -Pudo matarte o seguirte...

-Ya te dije Freya, Marcel ya no es un problema, mi sangre puede curar su veneno.

-Esa puede ser otra mentira de mi madre.

-Funciona. -asegure. -Él me mordió en el brazo y vi que sanó, sigo viva, es un hecho.

-¿Él te mordió? -preguntó Klaus. -Esto no debería pasar, no deberías exponerte. No ante Marcel ni ante mi madre... -dijo con cierta desaprobación, subiendo el tono de la discusión. -Un trato con ella puede costarte la vida, Sarah.

-Ese no es un problema ahora mismo, Klaus. -dije también molesta.

-Suficiente. -dijo Elijah. -Sarah tiene razón, nuestra prioridad son esos niños, hemos lidiado con nuestra madre antes y lo haremos de nuevo si se necesita. -acomodó los botones de su saco, imponiendo orden. -Asumo que ustedes dos tienen una idea de cómo proceder. -le hablo a mis hermanos.

-Marcel siempre esta en movimiento, se muda con ellos a lugares diferentes unas cuatros veces al años pero en tiempos de crisis como este también lo hace. -explicó Alice. -Nosotros suponemos que los convence a ellos a ocultarse con magia de otros hechizos localizadores pero una bruja de tu talla podría indagar un poco más. -miro a Freya. -Deberíamos empezar allí.

-¿Y qué pasa cuando los encontremos? Marcel debió llenarles la cabeza en nuestra contra, no van a estar tranquilos. -dijo Klaus.

-Ellos no son tranquilos. -dijo Dylan. -Mucho antes de que se supiera que todos ustedes seguían vivos la reputación de Marcel empezó a mancharse porque no puede mantenerlos bajo control, ellos no son fáciles o tiernos como cualquier otro niño de cinco años. Son niños sobreviviendo al vampirismo, la licantropía y una cantidad inmensa de poder... -contó y frunció el ceño. -Son famosos por su irregular don de la violencia.

-Marcel no es un híbrido, no entiende y por eso no puede ayudarlos. -dijo Alice. -Nosotros podemos.

-Entonces no van a acceder a venir con nosotros. -dijo Freya. -¿Qué si se resisten?

-Las manadas llaman. -murmure. -Sabrán que pueden confiar en nosotros.

-E incluso si no lo hacen, necesitan disciplina. -dijo Alice. -Un hogar, no vivir con el demente que destruyó a su familia.

-Muy bien. -dijo Freya. -Me encargaré del hechizo.

La reunión se disolvió allí y caminé a la cocina a buscar algo de espacio, entendía el desacuerdo de los Mikaelson por mi trato con Esther y lo compartía un poco, quería traerla de vuelta a la vida solo para matarla de nuevo. Se había aprovechado de mi dolor por su plan y me costó cinco años de la infancia de mis hijos.

El que Klaus me siguiera solo abría la puerta para otra discusión.

-No estoy de humor, Klaus. -dije al detenerme y apoyar mis manos en la barra.

-Yo tampoco. -dijo a mi lado. -¿Cómo te atreves a arriesgar tu vida tanto? Ese hechizo de mi madre pudo ser una trampa y Marcel pudo matarte.

-Lo siento pero me deje llevar por la ira, tenía que desquitarme. -voltee a verlo. -No soy frágil como el resto del mundo, ¿recuerdas?

-También recuerdo verte morir frente a mí el día del parto. -respondió. -Y los años siguientes que pase extrañandote así que disculpame por aborrecer la idea de que pueda volver a suceder.

Oh, Klaus.

-No debí aceptar el trato con tu madre. -murmuré tranquilizándome un poco. -Sé cuánto te ha lastimado a lo largo de tu vida y lo que sus intenciones podrían traernos a todos pero ella me mostró lo que pasó, con los niños y tu familia. -expliqué mis razones. -Todas las opciones estaban mal pero cuando me dejo verte no me arrepentí, estaba solo y sufriendo, tenía que ayudarte.

-Ayudarme no debería ser tu responsabilidad. -murmuró al pasar una de sus manos por mi espalda, preocupado. -No tienes que salvarme.

-Siempre querré salvarte. -se me escapó una pequeña sonrisa y me recargue un poco en él, quien también sonrió. -Pero la verdad es que no deberíamos pelear por salvar al otro, primero los ancestros, luego Marcel. ¿Cúal es el punto de ser inmortales si tenemos que cuidarnos de la muerte?

-Nos dejamos llevar por esta ciudad pero no volverá a pasar. -dijo tranquilo, comprendiendo mi paranoia, era la primera derrota que me tocaba vivir al lado de los originales y los estragos me tenían mal. -Ahora estamos a salvo.

-Eso podría no ser suficiente. -murmuré pensándolo muy bien. -Quizás deberíamos recordarle al mundo quien debe temerle a quién.

Klaus tomó mi rostro, intrigado por que escalara otro nivel de maldad y su tacto hizo que mi cuerpo recordará lo mucho que lo había extrañado y la estabilidad que podría resultar de nuestra complicidad. Las tragedias que compartíamos como pareja se habían desvanecido tras la noticia de que los bebés habían sobrevivido ante los ancestros, el dolor había disminuido.

Lo mire por un segundo antes de besarlo, no habíamos tenido tiempo para estar juntos y honestamente eso era una solución increíble para tanta tensión acumulada, dolores de cabeza y energía mal vibrosa. Correspondió a mi beso e incluso me tomo de la cadera para quedar de frente y se apegó a mí, pasando su otra mano por mi espalda mientras que yo tocaba su pecho y brazos, con cierta desesperación urgente por tener interacción sexual dejamos que las cosas subieran de tono bastante rápido, él tomó mis piernas para subirme a la barra de la cocina y yo lo rodee con las mismas, inclinandome hacia atrás para que tuviese acceso a mi pecho.

Ahí escuchamos unos pequeños pasos desde el pasillo, Hope se había despertado.

¿Por que ahora mismo, niña?

Hice una mueca y aleje a Klaus con cierta cautela antes de que ella nos viera, con el tiempo suficiente para arreglarnos la ropa.

-¿Papá? -lo llamó la pequeña cuando entró a la cocina, llevaba una bata rosa de dormir puesta, Klaus me recorrió con la mirada antes de voltear a verla. -Creo que algo esta mal. -él se acercó a revisarla. -Tuve un sueño sobre un hombre malo, estaba lastimando a unos niños y creo que me lastimo a mi tambien.

Para tratarse de una pesadilla, Hope parecía tener malestares.

-Me siento mareada. -su nariz empezó a sangrar. -Y me duele la cabeza...

-¿Hayley? -llamo Klaus a la madre, yo mire por la cocina por una servilleta y me acerqué a ayudar con la sangre. -Está bien. -murmuró preocupado al acariciar su cabello.

Hayley llegó casi al instante.

-Mamá, tengo mucho frío.

Ahí algo llamó mi atención en la ventana: luces azules. Las mismas que había visto en la iglesias cuando me encontré con Esther, solo que entre ellas pude ver la sombra de dos figuras pequeñas, como dos niños a los que les brillaban los ojos de la misma tonalidad, observando desde la oscuridad y algo dentro de mí me dijo que eran ellos.

Mis hijos.

Tuve que alejarme del resto y acercarme a esa ventana, sin poder despegar mi vista de lo que parecía ser una alucinación que desapareció de la nada.

¿Qué demonios significa eso?

Surrounded by Darkness [Klaus] [The Originals]Where stories live. Discover now