Satoru & Suguru

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Kento Nanami y Satoru Gojo son mejores amigos desde los ocho años, todo empezó cuando a Gojo lo cambiaron de colegio. Al comienzo no se llevaban muy bien, sobre todo porque Nanami pensaba que el otro era demasiado hablador y molesto, además de no entender por qué se aferraba a ser su amigo.

Con el tiempo terminó aceptando que Satoru era así y que lo mejor era dejar de intentar alejarlo, igual siempre estaría insistiendo. A los diez años, les apareció el nombre del contrario en su meñique y así descubrieron que eran almas gemelas.

Para el niño de ojos azules fue lo mejor que pudo haberle pasado en su vida. Porque su alma gemela era su primer amigo y le caía muy bien. Así que, ser destinados significaba que estarían juntos por siempre. Claro, eso fue lo que pensó el pequeño e inocente Satoru.

A Nanami le daba igual tener un alma gemela, pero se sentía satisfecho de que por lo menos fuera alguien conocido.

Cuando las familias de ambos se enteraron, todos creyeron que ellos serían una muy buena pareja a futuro. Así que, esperaban verlos como novios cuando crecieran.

Ya en su etapa de adolescentes, por sugerencia de Satoru, decidieron volverse pareja. El rubio no puso pegas, pensó que, si eran almas gemelas, lo más normal sería volverse pareja. Sin embargo, había escuchado que la realidad era otra, de igual manera decidió no tomarle importancia.

Su relación comenzó bastante bien, no había muchos cambios en realidad. Solamente que Satoru era mucho más cariñoso con él, se tomaban de las manos y de vez en cuando se daban besos.

Sin embargo, con el paso del tiempo, su relación comenzó a ir en picada.

—Vamos Kento, llevamos mucho tiempo de novios y no has aceptado ir a una cita conmigo —se quejaba Gojo con el rubio, este le miraba indiferente.

—Ya te he dicho que se me hace tonto que vayamos a una cita si siempre salimos juntos.

El más alto se cruzó de brazos e hizo una mueca de molestia.

—¿Sabes qué? Olvídalo, nos vemos después.

Satoru se encontraba molesto y decepcionado, además tenía unas estúpidas ganas de llorar. Se contuvo como pudo, no podía entender por qué Nanami no era más romántico con él o por qué no lo trataba con más cariño. Lo trataba como siempre, como si fueran amigos, él era el único que parecía interesado en que su relación triunfara.

Decidió hacer una llamada, necesitaba desahogarse, y que Yaga lo viera llegar así de molesto era mala idea.

Llegó a una cafetería donde se encontró con Utahime y Shoko, amigas suyas del club de fotografía.

Se metió y tomó asiento frente a ellas. Seguía enojado, ahora con ganas de darle un puñetazo a Nanami, nunca se había sentido tan enojado en su vida. Se quitó los lentes oscuros y cuando el mesero se acercó pidió una malteada de vainilla y un pastel de crema con fresas.

—¿Qué pasó ahora? —pregunto Shoko, ella era una joven de cabello castaño oscuro corto y ojos cafés.

Hizo una mueca, no sabía cómo hablar sin insultar a su novio o gritar de la frustración.

—¿Nanami hizo algo? —habló la otra joven, ella tenía el cabello largo y negro.

—Es un tonto.

Ambas mujeres se vieron mutuamente y regresaron la vista a su amigo.

—Es un tonto que no sabe ser romántico conmigo y nunca me ha tratado como su pareja. Siempre me trata igual y se deja hacer cada que me que me pongo de romántico, como si se estuviera resignado, ya estoy cansándome de esto. Quiero tener citas románticas, quiero que él me dé mimos... —su voz se entrecortó— quiero que deje de verme como un amigo...

(no) Destinados || Itafushi/SatosuguWhere stories live. Discover now