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⠀ sus amigos dijeron que era arriesgado y su corazón terminaría hecho trizas.
pero hwang hyunjin tenía un plan, perseverancia y muy pero muy pocas ganas de escuchar las advertencias, mientras carga por la ciudad un enorme oso de peluche y un ramo...
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hyunjin camina a paso apretado y molesto, con las manitas hechas puño a los costados y el entrecejo fruncido, susurrando cosas como "rimpirmi il cirizin" de tanto en tanto, alternadas con bufidos.
hay dinero en sus bolsillos, mayormente monedas y algunos billetes arrugados que ahorró desde que sus tíos le regalaron dinero en navidad y lo poco que pudo juntar de mandados y lo que le daban para la escuela. está absolutamente decidido a completar su misión y abre las puertas de vidrio en la tienda, como el hombre valiente que es. la dependienta le sonríe del otro lado del mostrador.
-¡bienvenido! ¿en qué puedo ayuda...?
hyunjin no le permite preguntar, exclamando con firmeza-: quiero el oso más grande que tenga -mete las manos a sus bolsillos y a pasos fuertes llega al mostrador, dejando todo el dinero encima de este. -o para el que me alcance.
la chica asiente en su dirección, comenzando a contar el cambio. -¿algo más?
hyunjin mira por todos lados en la tienda, buscando ese algo que complemente a la perfección su regalo. había chocolates, rosas, portaretratos y algunos relojes. la tienda era grande y muy bonita, adornada con motivo de la celebración y con letreros de descuento en carteles fluorescentes. en un espacio pequeño pero cómodo junto a la ventana, hay un carrito que sostiene cubetas de madera llenas de flores de muchos colores y tipos, todas muy bonitas, pero no había nada que le gritara "minho" por ahí.
hasta que los vió. escondidos detrás de las rosas, apenas asomando en busca de luz solar. hyunjin sonríe, ilumniado y señala la cubeta del fondo.
-y un ramo de girasoles.
salió de la tienda con un oso casi tan grande como un niño de ocho años bien alimentado, rodeado de un enorme moño color verde. la chica siempre fue amable y se aguantó la risa muy bien, porque verlo tan delgado y a la vez decidido, le había enternecido el corazón y le hizo un pequeño descuento al muchachito que salió de ahí triunfante.
está decidido a ir directo al parque para sorprender ahí a su hyung con el enorme regalo del que tendría que asomar para que supera quien le recita sus sentimientos tras un osote de peluche y un ramo de flores. así que avanza en dirección al vecindario y se fija muy bien antes de cruzar la calle. pronto, se encuentra en las escaleras que dan hacia el parque y el estómago se le encoge en su sitio, aproximándose al momento de la verdad.
-ok, está bien, puedo hacer esto... -hyunjin respira hondo y profundo. -puedo hacerlo...
-¿necesitas ayuda? -la voz a su espalda lo sobresalta, girando de golpe hyunjin para encontrar a bangchan sonriéndole de lado, junto a jisung, changbin con el cabello revuelto y seungmin con los labios sospechosamente hinchados.
-lo sentimos... -kim le sonríe, poquito, acercándose a abrazarlo por el costado. -fue tonto no apoyarte por creer que hacíamos lo mejor protegiéndote.
