-Pero...

-No es sano que tu me critiques todo el tiempo y que a mi me valga un pepino saber como estás. No es sano pelear por cosas como mi vida y mis decisiones. No es sano que te sea infiel. No es sano que tú me ames más de lo que yo a ti. Porque lo sabes Tim- lo miraba a los ojos- Yo no te amo.

Las lágrimas corrían por el rostro de Tim. A Lauren se le aplastó un poco el corazón.

-¡Yo te amo, amor!- dijo él alcanzándola por fin y atrayéndola hacia él.

-¡Pero yo no!- chilló ella intentado zafarse.

-¡Te perdono, te perdono!- gimoteó él.

-No he venido por tu perdón, Tim- él cada vez la sostenía con más fuerza- ¡Suéltame! Me haces daño.

-¡Tú me haces daño! acabas de romperme el corazón y ni siquiera te ves dolida. Ni siquiera lloras- dijo él apretándola contra su pecho.

-¡TIM SUELTAME!- le gritó ella.

-¡Te perdono, Amor!- dijo él con fuerza entre sollozos- ¡Pero no me dejes!

Tim agarró su rostro e intentó besarla. Lauren le pegó un golpe en el rostro para que la soltara. Él dio un paso hacia atrás confundido.

-Ven aquí, amor. Lo resolveremos- dijo él haciendo como si nada ante el golpe de Lauren. Se volvía a cercar a ella.

-¡Aléjate de mi!- dijo ella aferrándose al pomo de la puerta- ¡No me toques, Tim!

-¡Pero yo te amo!- dijo él impidiendo que ella abriera la puerta- ¡Eres mía!

-¡ESTÁS LOCO!- chilló ella golpeándole el pecho.

-¡No me dejes, Lauren!- gritó él- ¡No me dejes!

Ella por fin logró abrir la puerta y salió de la habitación con rapidez. Bajó las escaleras a toda velocidad. O al menos a toda la velocidad que su cuerpo le permitía, empezaba a sentirse mareada y a ver todo nublado. Tim le pisaba los talones.

-¡NO ME DEJES!- rugió él.

-¡¿Sabes lo tóxico que suena eso?!- le gritó Lauren saliendo a la calle- No quiero volver a verte, Tim. Terminamos.

-¡Bien! Vete con tu maldito Michael- le gritó él lanzándole una maceta.

Por suerte la maceta no la alcanzó a rozar. Pudo haber sido grave no tener a su médico de confianza cerca.

Lauren echó a correr calle abajo. No tiene ni idea de cómo logró llegar al aeropuerto.

Colette

-¿Qué harás para acción de gracias?- le preguntó Colette a Thomas.

Él se levantó un poco y la miró con curiosidad.

-¿Por qué?- preguntó él- ¿Me presentarás a tu padre?- bromeó.

-De hecho...

Thomas se sentó de repente y miró a Colette muy serio.

-Digo, si no quieres...

-Si.

-Ni siquiera te lo he dicho- dijo Colette con una sonrisa.

-No importa- dijo él sacudiendo la cabeza- Si quiero.

-Aún no te dije nada- Colette soltó una carcajada.

Thomas se recostó sobre ella sin dejar de mirarla a los ojos. Estaban recostados en el pasto en un parque cerca de la cafetería, Thomas estaba en su hora de almuerzo y Colette había aprovechado para llegar de sorpresa y hacer un picnic improvisado.

Té para tres (TERMINADA)Where stories live. Discover now