-No querida, no es ninguna falta de respeto decir la verdad. Por cierto, tus padres están aquí, ¿no quieres hablar con ellos? - Jayne miró en dirección a donde se encontraban los duques de Devonshire, quienes hablaban muy animadamente con el vizconde de Midleton, sabía que algún día tenía que enfrentarse a ellos, pero no sería ahora, y menos cuando ellos sabían que ella estaba en Londres y no se habían inmutado en visitarla o en invitarla a la que había sido su casa años atrás.

-No, aún no deseo un encuentro con ellos - respondió sonriendo débilmente, no podía negar que sí los extrañaba, al fin y al cabo, eran sus padres -. ¿Pero sabe si mi hermano Leo está aquí?

-Sí, ambos están aquí.

-¿Logan también? - Liviana miró rápidamente hacia salón buscando a lord Logan, y lo encontró hablando con lord Anthony y lord Leonardo, algo que no pasó desapercibido para Marcus.

-Sí, llegaron primero que ustedes. Los dejo, voy a saludar a la condesa de Chester.

-No te quiero cerca de Logan - dijo Marcus apenas su madre estuvo lo suficientemente lejos.

-¿Qué?

-Ya lo dije Liviana, lo quiero bien lejos de ti - concretó Marcus.

-¿Estás celoso? - preguntó Liviana sonriendo.

-Sí - respondió sin un atisbo de duda dejando a Liviana y a Jayne sorprendidas por su declaración.

Lord Anthony llegó a donde se encontraban ellos y saludó a Liviana y a Jayne educadamente y luego a su amigo. Luego empezaron a conversar animadamente, pero Marcus fruncía el ceño de vez en cuando al ver como Liviana reía felizmente por la conversación que mantenía con su amigo y Jayne, casi lo habían excluido de su círculo. Ya empezaba a sentir celos de su propio amigo. Lord Leonardo, hermano de Jayne también se unió a ellos, y más tarde lord Christian, pero este último solo pasó a saludar, para luego acercarse a Marcus e ir ambos por una copa de Whisky escocés y observar como las dos mujeres robaban toda la atención de sus amigos.

-Buena velada - dijo lord Christian mientras bebía de su copa.

-Estoy de acuerdo contigo - respondió Marcus sin despegar los ojos de Liviana, de hecho, no podía ni quería, estaba realmente hermosa esa noche, y no sabía que era pero la veía con un brillo diferente, quería seguir admirándola toda la noche, y cuando llegaran a su residencia la tomaría y le haría el amor como un loco, así lo traía ella, loco -. Aunque ya estoy desesperado por salir de aquí.

-¿Por qué? - preguntó su amigo quien de vez en cuando también miraba a cierta dama que estaba al lado de Liviana.

-¿Hasta cuándo lo seguirás negando Christian? - preguntó Marcus evadiendo su pregunta.

-No te entiendo.

-Lo sabes perfectamente. ¿Seguirás negándote ser feliz?

-Me voy a casar Marcus - mencionó su amigo bebiéndose todo el contenido de su copa.

Marcus lo miró sorprendido sin creer en sus palabras.

-No te creo, odias el matrimonio, tanto así que preferiste humillar y deshonrar a la mujer que amas.

-Es diferente ahora, tengo que tener una esposa para compartir mi título y tener un heredero.

Miserable Matrimonio (Saga #1 «Amores Encadenados») Donde viven las historias. Descúbrelo ahora