Capítulo 9

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Capítulo 9

Los ojos de Victoriano se abrieron de par en par, reacción normal para un hombre con sangre en las venas.

Vic: Débora, vístete...

Deb: recuerdo todas las noches de pasión que vivimos... ¿tú no...?

Él recibió la especie de lencería del suelo y se la entregó.

Vic: por favor. Vístete y sal de mi habitación.

Deb: no quiero... Te quiero a ti... Eres un amante fascinante... Fuerte, seductor... Apasionado... El semental que toda yegua necesita... (De rodillas en la cama)

Subirle el ego quizás le resultara... Pero la seducción para un macho como Victoriano Santos era algo infalible.

Deb: aún tengo en mi memoria cómo me tocabas... Cómo me besabas... Cómo tu...

Vic: basta. Si no sales por tu propio pie, te saco yo, Débora y sabes que hablo en serio.

-Pasillo-

Deb: no puedo creer que me rechaces... Cuando antes...

Vic: lo de antes se quedó en el pasado. No pienso volver contigo. Ocupa tu lugar, no quiero humillarte...

Deb: es lo que estás haciendo...

Vic: buenas noches.

Deb: maldito Victoriano. Me las va a pagar todas.

***********

Al día siguiente...

-Comedor-

Inés salió de la cocina y sorprendió a las jóvenes secreteando, seguramente aprovechaban que Victoriano no bajaba aún.

Inés: ¿puedo saber qué tanto cuchichean...?

Cas: Connie vio a mi papá echando a Débora de su recámara anoche...

Inés: ¿cómo??

Con: estoy segura que se le metió sin que se diera cuenta... Iba muy sexy, eh...

Dia: Es una... Zorra...

Inés: Diana. (Con tono de regaño) ¿Qué es esa palabra??

Dia: nana, se lo merece. Lo mismo le hizo a Alejandro en la laguna...

Vic: buenos días familia...

Las 4 mujeres se quedaron mirándolo, de una forma rara.

Vic: ¿Qué...? ¿Traigo algo en la cara...?

Cas: no, nada papi...

Inés: buenos días... Ya vamos a servir...

Vic: muy bien... Adelante...

-Despacho-

Uno de los momentos más esperados antes de comenzar el día era cuando se despedían en el despacho.

Aprovechaban la privacidad para besarse o simplemente estar cerca...

Vic: estás hermosa esta mañana... Bueno, más que nunca... (Jugando con el cabello negro y suelto de ella)

E Inés se apoyaba en su pecho.

Inés: gracias...

Vic: ¿Nos vemos esta tarde...?

Inés: sí... A la hora que quieras...

Victoriano sonrió... Le encantaba que ella estuviera dispuesta para él.

FUISTE MIAWhere stories live. Discover now