—¿Me das un poco de agua? —pedía con una voz rasposa.

Su ser se iba a otro plano cuántico al ser sorprendido en medio de una fantasía. Estaba seguro que se puso tan rojo que, fácilmente podría ser confundido con un jitomate. Aun así, armado de valor sonreiría a su chico, sin embargo, estaba seguro que su cuerpo seguía en el plano terrenal porque aquello que llamaba alma se fue al instante de girar y ver como aquel cabello despeinado, un abdomen y pectorales bien formados estaban descubiertos frente su mirada lujuriosa.

—¿Te sientes bien? —dijo un poco preocupado.

Al tratar de responder, los residuos de agua hicieron intervención, tosiendo fuertemente mientras asentía. Su pulso era tan elevado, que su cabeza parecía explotar, sensibilizando otras partes de su cuerpo que creía dormidas, "estúpido y sensual esposo", repetía constantemente al verter agua al vaso de vidrio.

De pronto, unos brazos rodearon por detrás su cintura, haciendo que su sentido del tacto recibiera demasiadas descargas en distintas zonas en condiciones diferentes, al mismo tiempo; un suave cosquilleo por detrás de su oreja gracias al aliento tibio, un beso delicado en su cuello, caricias en su cadera y una erección en su trasero.

Comenzaba a temblar sin saber exactamente por qué, ya que incluso hasta hace unos segundos se encontraba imaginando su juego previo, pero definitivamente no esperaba a su amado tan excitado, incluso más que él.

Un poco abrumado por la sensación de hormigueo en todo su cuerpo, le obligó alejar todos los utensilios de cocina cercanos, pues no estaba tomando consciencia como para alejarse a otro sitio por el momento, mucho menos cuando lentos y relajantes besos son colocados detrás de su cuello, respondiendo con gemidos agudos y suspiros cortos.

—Hitoshi —repetía dulcemente, dando acceso a su cuello.

No esperaba quedarse quito todo el tiempo, pues había una necesidad de saciar sus labios y lengua cuanto antes, pero en su intento de ser detenido, casi al instante fue inclinado con algo de fuerza.

—Quiero que me sirvas agua —dejando besos en la piel blanquecina ajena—pude oír como gemías al tomar un poco hace un momento y quiero comprobar que tan buena es.

La voz ronca lograba desestabilizarlo, apenas dejándolo aferrar a la orilla de la barra cuando por detrás le simulaban embestidas. Estaba sintiendo dolor en su pene al rozar con la ropa y la fría loza. Quería ir a un lugar más cómodo, tratando de obtener un rayo de lucidez en ese delicioso momento.

—Va-vamos a la cama —susurraba cortante.

—No. Debe ser aquí. Nos iremos hasta que estés hecho un lío —respondía mientras despacio tomaba la mano derecha del rubio, amoldándola hasta el mentón de este, obligándolo a voltear sin consideración—Abre tu boca.

De forma ruda, casi sin piedad, comenzaron un beso cargado de excitación, elevando la exquisita sensación provocada por los cuerpos frotándose, la mano izquierda sosteniendo su cadera, los débiles susurros y el tentador aire embriagador de placer.

Con poco espacio para respirar, apenas se encontraban liberando al aire gemidos guturales y fuertes chasquidos por una enorme cantidad de saliva.

El peli-violeta termina el beso, sosteniendo fuerte la mandíbula de Kaminari para dejar su mirada en la húmeda boca, desviándose unos segundos para contemplar las mejillas enrojecidas y unos ojos cristalinos tan impúdicos que pedían cometer pecado capital toda la semana.

—Mírate —le sonreía de lado—tan lascivo. ¿Te pusiste así por un simple beso? ¿Tan urgido quieres mi polla? —estrellando sus labios sin cuidado— Hay que aprovechar esa saliva.

ShinKami- OS +18Where stories live. Discover now