-Princesa y Caballero (AU)-

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Esa Lila... recordó Marinette. Se había pasado la semana anterior a la ceremonia alardeando de ser una gran amiga del Caballero y de saber, antes que nadie, él acudiría a Market Chipping. Estaba muy segura de que el joven le entregaría la flor y así lo había dejado caer por toda la ciudad... Seguro que solo eran mentiras para presumir.

Después de todo, Lila había quedado igual de decepcionada cuando este no se presentó. Por eso sus padres le habían encargado la mejor tarta de la panadería. ¡Y eso que Lila se había comportado como una maleducada cuando ella había ido a llevársela!

Si realmente fuese su amiga, sabría que él no iba a aparecer.

Ya habían pasado siete días desde aquello y nadie sabía que había ocurrido con el joven Caballero, pero corría el rumor de que el rey estaba furioso por la falta de su sobrino.

Me pregunto por qué no apareció...

¡En fin! No era asunto suyo y tenía mejores cosas en las que pensar.

La panadería de sus padres se había llenado de encargos de tartas nupciales y casi no daban abasto con tanto trabajo. Marinette los ayudaba en lo que podía y mientras anotaba los pedidos a las clientas, no había podido evitar oír las quejas de estas sobre lo pesado que se las hacía tener que viajar hasta la capital del reino en busca de trajes de novia y ropa elegante.

En Market Chipping no había tiendas de modas como las de la capital. Solo unos pocos talleres de confección donde se hacía el mismo tipo de ropa; simple, cómoda para trabajar y en absoluto, bonita o elegante.

Aprovechando esos momentos de soledad, Marinette sacó su cuaderno de bocetos y lo apoyó en la barandilla. Recordó el aspecto de la última clienta del día y dio rienda suelta a su creatividad, trazando un bonito diseño que se adecuara a ella. Su mente se despejó tanto que dejó de sentir el dolor en sus pies y el cansancio. Sonrió, distraída, dejando que los minutos corrieran entre las líneas del lápiz y se olvidó de todo lo demás.

¡Diseñar vestidos era lo que más amaba en el mundo! Era más divertido que dibujar el glaseado en las tartas, desde luego y por eso su cuaderno estaba lleno de ideas que, por desgracia, nunca saldrían de sus páginas gastadas.

—¿Qué es eso que te hace sonreír tanto? —preguntó una voz.

Una voz que la paralizó en el acto. Marinette se giró a toda prisa y ante ella, se encontró con una figura vestida de negro que le lanzó una mirada chispeante.

—Buenas noches, princesa —Saludó Chat Noir al tiempo que se doblaba hasta que su cabeza casi llegó a rozar el suelo.

Sorprendida, dejó caer su cuaderno y se llevó una mano al pecho.

—¡Chat Noir! —exclamó. No había vuelto a verle desde el día de la ceremonia y, de hecho, se había esforzado mucho por no pensar en él más de lo necesario. Más de una semana después no creyó volver a verle y de pronto ahí estaba, frente a ella, con su mirada resplandeciente brillando en la semi oscuridad y el silencio de aquella calle desierta rodeándolos a ambos—. ¿Q-qué haces aquí?

El chico se incorporó con una mueca, malinterpretando su gesto.

—¿Aún crees que me comeré tu corazón? ¡Ya te dije que no hago esas cosas!

Marinette retiró la mano.

Sí, de hecho ya lo sabía. Desde su encuentro había estado preguntando, del modo más sutil posible, por las calles de Market Chipping sobre él y descubrió que los rumores que le tachaban de mago malvado eran muy débiles. Nadie le había visto cometer esos actos y ninguna mujer la había acusado de devorar su corazón.

Maullidos a la Luz de la Luna (Reto Marichat May 2021)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora