Su alteza es muy dulce

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Otro día en que Aster descansaba sobre el marco de la ventana hecha de piedras perteneciente a la estructura de la torre, no había nada interesante que ver más que árboles desorganizados creciendo naturalmente.

Pensaba si debía buscar al cuarto príncipe y acercarse a él o era mejor no seguir insistiendo, no es que sintiera algo por él en ese momento entonces no habría ninguna diferencia si decidiera dejarlo ir, sin embargo, seguía pensando en la sonrisa sincera llena de amor y alegría en la cara de ambos, sentía que si se rendía su hipotético "yo" del futuro no se lo perdonaría nunca.

Su pensamiento se vio interrumpido al escuchar a alguien abriendo la puerta, no había necesidad de voltear la cabeza y mirar quién era, el sonido pesado y cansado de los pasos solo podrían ser de una persona. Freya, la mujer que le traía la comida. Mirando al cielo notó que era hora de la cena.

—Escuché que fue atrapado por los guardias. —Dijo en voz baja mientras colocaba los platos sobre una mesa.

—Así es. —Aster se dio la vuelta y saltó de la ventana hasta tocar el suelo y caer de pie—. Tuve un malentendido con el cuarto príncipe.

—¿Cómo se atreve a interactuar con el príncipe Darcel Ernist en primer lugar

—Darcel... Así se llama... Te contaré lo que ocurrió.

Aster caminó detrás de la sirvienta y se acercó a su oreja para murmurarle el acontecimiento.

—Tuve una visión.

La sirvienta se sorprendió.

—¿Una visión que involucraba al cuarto príncipe?

—Así es, en la visión parece que éramos amantes.

Freya dejó de moverse y abrió los ojos con impresión, dejó la vajilla de sus manos en la mesa y se voltio hacia Aster.

—¡Dios mío! Eso es imposible... ¿El rey sabe sobre de esto?

—Por supuesto, no habría motivos para ocultarlo.

La mujer sintió que perdía las fuerzas de sus piernas y se sentó en la silla que se suponía que era de Aster.

—¿Q-qué dijo su majestad?

—Lo rechazó, me aconsejó alejarme de su alteza ya que era algo indebido.

—¡Y lo es! Son dos hombres, son totalmente diferentes, por favor obedezca a su majestad.

—¿Sabes qué? La comida que me dan y el techo bajo el cual vivo se debe al rey, mientras afuera hay una sequía y la pobreza se incrementa cada vez más... Yo tengo todo lo que otros desean, lo mejor es que lo único que debo hacer es decir mis visiones, sé cómo ser agradecido, obedeceré a su majestad, no sé por qué vacilo tanto en esto.

—Al menos sabes que no debes oponerte al rey. Confía en mí, el príncipe no traerá nada bueno.

—Sería feliz... ¿No es eso algo bueno?

Freya lo observó con algo de lastima a alzó su mano para tocar su hombro.

—¿No eres feliz ahora?

—¡Lo soy! No me mal intérpretes, es solo que... No sabría cómo poner esto en palabras, deberías haber visto lo mismo que yo para entender.

—No quiero entender, pero, así como puedes ser feliz con el príncipe, puedes serlo con otra persona.

Aster lo meditó un tiempo, sabía que Darcel era parte de su destino, pero sabía que no todo era bueno y duradero ¿Qué pasará luego de ese momento? ¿Viviría feliz para siempre o se separarían al día siguiente? ¿Realmente valía la pena?

Su alteza es mi destino [Terminado]Onde histórias criam vida. Descubra agora