Equinoccio

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La pureza de tus lágrimas, que se niegan a morirEncontrándose en tu mentón, contínuo confluir Dos rios tus mejillas, dolido el corazón titila Una chispa de vida, se consume, se aniquila a sí misma

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La pureza de tus lágrimas, que se niegan a morir
Encontrándose en tu mentón, contínuo confluir
Dos rios tus mejillas, dolido el corazón titila
Una chispa de vida, se consume, se aniquila a sí misma...

Y no hubiera aquel quien viera, en cámara lenta
Tus pies hundiéndose en la tierra, la tormenta de arena
Una luz interna, quién hablara, quién quisiera
Solo el eco, y el silencio, resonando en la cueva que es tu pecho

¿Dónde está, que no escucho su llamado?
Pidiendo auxilio su voz, para en silencio abrazarlo
Como una cálida brisa de verano, en el invierno helado
"Hola, ¿cómo estás? Me llamo Lautaro"

Estas ahora a salvo, estarás por siempre a salvo
Regaste el verdor de la tierra donde caminan mis pasos
Los lirios han hallado su forma de volver
Arrastrando paso a paso, los tormentos del ayer
El camino de regreso es frondoso, lo sé
Pasado y futuro se vuelven uno con mi ser

Equinoccios de primavera; las lágrimas regaron la tierra
Se secaron los caminos, se vislumbra claridad
¡En casa estoy! ¡En casa estoy! ¡Tu alma a mi se aferra!
Me llevas a destino, me llevaste a la verdad

En tus lágrimas pude ver, las semillas por nacer
Vuelvo a casa con el sol de la mañana, otra vez...

Letanías De Sanación - Colección De Poemas IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora