C h a p t e r F i v e

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──¿Te dijo que fui sola? ──El lobo asintió ──Tsk... Sí, fui a buscarte, hijo de perra. Ahora dime, ¿dónde demonios estabas? ¿No que no pensabas regresar nunca? Marica cobarde.

──Bueno... Yo... Quiero volverme más fuerte. Quiero... Protegerlos a todos.

──Uh, es curioso ──Volteó a verle con una sonrisa cínica, y luego su expresión cambio a una de odio, y le pisó el pie, provocando que el lobo se lastimase ──¡Eso es justo lo que está enfermando a Haru!

──¡¿H-haru está enferma!? ──Preguntó aterrado, dejando de quejarse y acercándose a la zorra, quien lo ignoraba ──____, dime, ¿ella está bien? ¿Está muy mal?

──¡Está en buena salud! ──gritó, y ambos pararon en medio del pasillo ──Pero su corazón esta enfermo, Legoshi. No puede soportar la presión de lo que está pasando. Te necesita ahora más que nunca.

──Yo... La veré cuando sea más fuerte.

──Oh, que la chingada madre ──Volvió a caminar, ahora con más prisa ──. Eres muy... ¡Agh! Me confundes. Si tanto la amas, debes ayudarla.

──¡No es el momento!

──Momento mis huevos ──dijo, mirándolo directamente a la cara, alzando levemente la cabeza ──. Legoshi, ella me odia, ¿ok? Ahora, creo que así como tú la evitas a ella, y ella a mí, estoy en mi derecho de evitarte a ti. ¿Quedó claro?

──Pero-...

──No, chinga tu padre ──finalizó antes de entrar al baño de mujeres, entrar a uno, y vomitar en la taza del baño.

Sentía la necesidad de soltar lo poco que había comido, dado que, bueno, no comió tanta comida. Sentía ácida su garganta, como si hubiese estado en una piscina y se hubiese tragado medio litro de agua con cloro, para que al siguiente día duela como el infierno y le cueste la simple acción de tragar agua.

Así eran las cosas para ella.

Desde que se involucró con Legoshi, Haru y Louis, no había parado de tener experiencias brutales, extrañas, y perversas. La noche anterior fue al mercado negro y a duras penas había podido controlarse. Llegó a ver a Pina de forma apetitosa, y su tío le había dado una mordida de un ala de gaviota cruda para calmar esa sensación. Había sido justo en el momento que estaba decidida a comer a el carnero cuando su tío la divisó y la llevó, dándole comida suficiente y después, regresando a ambos estudiantes a la escuela.
Se sentía mierda. Comió carne, y ella se prometió a sí misma nunca hacerlo. Sintió un par de palmadas en su espalda. La jefa del club de fotografía, Misha, estaba en cuclillas a un lado de ella.

──Vale, me quedó claro ──dijo, y los ojos de la prota empezaron a humedecerse ──... Estás pasando por demasiados problemas.

Le extendió una servilleta. La canina la tomó, pasándola por sus ojos, y después por su hocico. Suspiró, y miró a su superior, quien la miro con cierta pena, exigiendo que ella le contara sus problemas. No eran amigas, y rara vez habían hablado (sin contar la anterior discusión que tuvieron), pero la gata era ese tipo de animales empáticos, que se ponían en los zapatos del otro, y siempre quería buscar una solución.

Ella misma, en más de una ocasión decía siempre:

──En mi vida pasada fui una excelente beastar. Oh, qué pena que el sueño de mi anterior yo no sea el mismo que yo tengo ahora...

Z o r r a • | Pina X Lectora | Beastars!Where stories live. Discover now