Marinette asintió, nerviosa.

—¿Estás segura de que no quieres que te acompañemos, querida? Las calles no son seguras para una jovencita sola...

—Pero papá, si hace ya meses que el malvado mago Howl desapareció llevándose ese horrible Castillo Ambulante —Le recordó ella, despreocupada—. Y tampoco se ha vuelto a oír hablar de la Bruja del Páramo.

—Pero esos groseros guardias del rey aún campan a sus anchas por la ciudad...

—Yo he oído que el nuevo jefe de la guardia es muy estricto con ellos —comentó su madre—. Y que ya no les deja molestar a las chicas.

Su padre meneó su cabeza como si eso no le interesara.

—Yo estoy más preocupado por ese nuevo mago...

—¿Qué mago? —preguntó Marinette.

—Uno que han visto rondando los alrededores de Market Chipping —respondió el hombre—. Dicen que se disfraza de gato para acercarse a las jovencitas que transitan los caminos rumbo a las Páramos y que cuando estas se confían, adopta un aspecto grotesco mitad humano y mitad bestia para devorar su corazón... ¡Igual que hacía Howl!

>>. Se le conoce por ahí como Chat Noir.

—Jamás he oído su nombre... —murmuró Marinette. Se encogió de hombros—. ¡Además, ¿qué importa si solo acecha los caminos?! No tengo intención de salir de la ciudad.

—Aun así debes tener cuidado, mi niña —le dijo su madre, acompañándola hasta la puerta—. No hables con extraños y apresúrate a la Plaza.

>>. Seguro que Luka ya estará allí.

Su madre le brindó una sonrisa cómplice que la chica correspondió solo a medias. Se escabulló al exterior lo más rápido que pudo y enfiló el camino más corto hacia la Plaza Mayor.

La avenida principal de la ciudad había sido alegremente decorada con motivo de la fiesta. Había ramos, macetas, puestos de flores por todas partes y quizás por eso, la vieja floristería abandonada le resultó aún más deprimente cuando pasó por delante de su escaparate polvoriento y desvaído. Pero la gente estaba emocionada con el Día de las Flores y todos querían que los jóvenes tomaran las flores de sus puestos antes de dirigirse a la Plaza, pues era símbolo de buena suerte que una de tus flores fuera usada en la ceremonia.

El dos de mayo era el Día de las Flores en Ingary.

Chicos y chicas jóvenes se reunían en la Plaza Mayor al mediodía, ellos a un lado y ellas al otro. La Ceremonia decía que los chicos avanzaban, uno por uno, con su flor en la mano para entregarla a la joven de la que estuvieran enamorados y con ella se ofrecían a sí mismos. Si la joven correspondía tales sentimientos, tomaba la flor y el compromiso estaba sellado. La pareja se casaría en menos de un mes e iniciaría una vida en común.

Marinette había asistido a la Ceremonia otras veces, siempre como observadora pero ella, al igual que sus padres, también estaba bastante segura de que ese año tendría un papel más relevante. Sí, su amigo de la infancia Luka estaría esperándola con la flor y ella aún no sabía si de verdad quería tomarla. Luka le gustaba y era un buen chico pero... No sabía si lo amaba de verdad.

Quizás habría sido mejor no asistir y librarse de tal decisión, pero ese año el ritual de las flores tenía algo más que lo hacía irresistible para todos los habitantes de la ciudad y esa era la auténtica razón por la que ella no quería perdérselo.

Por fin iban a ver al sobrino del rey.

Hacía ya un año que el hijo del rey, heredero al trono de Ingary, había desaparecido y aunque unos meses atrás regresó al castillo de su padre para ordenarle que detuviera la guerra, después se había marchado de nuevo. Por tanto, el rey hizo venir a su sobrino de tierras lejanas y le concedió el título de Caballero Mayor en su guardia personal.

Maullidos a la Luz de la Luna (Reto Marichat May 2021)Where stories live. Discover now