Amantes. [Stony, AU, +18]

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Suaves jadeos y sonidos de succión se escuchaban apenas, de forma suave, discreta, por debajo de todo el escándalo de la fiesta que estaba solo a una puerta de distancia.

—Eres tan lindo… — susurró con voz ronca, y el chico, su chico, sonrió ante el halago sin dejar su labor.

Steve enterró los dedos de su mano en la madeja de cabellos castaños, conteniendo el impulso de someter esa cabeza que subía y bajaba, una y otra vez de forma lenta y tortuosa para que devorara todo su falo de una vez por todas en una estocada.

—Y tú tan caliente. — dijo tras sacar el falo de su boca y comenzar a lamer solo la punta. — Mira que traerme aquí, a mitad de una fiesta solo para joderte mi boca. ¿Quién podría imaginar que el perfecto e impecable Capitán Rogers es tan sexual? — a Tony se le antojo sonar burlon. Rogers lo reprendió con la mirada.

—No actúes como si eso no te gustara, Stark. — dijo, con los ojos entrecerrados y los labios entreabiertos. Degustando el mar de sensaciones que la lengua de Tony le provocaba al recorrer toda su longitud.

—Me encanta, solo porque se trata de ti, Rogers. — concedió antes de volver a meter el miembro de Steve de nuevo a su boca.

—¿Acaso no te gusta chuparsela a Víctor? — preguntó, antes deddejar caer su cabeza hacia atrás en el respaldo del sofá.

—¿En serio tienes que mencionar a mi prometido mientras te estoy haciendo un oral? — cuestionó, abandonado la entrepierna del rubio, con el ceño fruncido y una mirada de pocos amigos.

Rogers no necesito abrir los ojos para saber que la había jodido.

—No le digas "mi prometido". — refutó y Tony puso lo ojos en blanco.

—Entonces cómo mierda quieres que le llame si eso es lo que es. — respondio, al tiempo en que se ponía de pie, y limpiaba las comisuras de su boca con el pañuelo que llevaba en el bolsillo interior de su saco.

—No, no lo es.

Steve abrió los ojos, la sensación de relajación que estaba obteniendo con esa felacion, fue reemplazada por tensión.

Odiaba a Víctor.

Jamás en su vida había tenido la necesidad de tener ese sentimiento. Como soldado le era inútil, más con todo lo que veía en el campo de batalla. Aferrarse a sentimientos tan banales como esos, era un gran pérdida de tiempo, sin mencionar el desgaste emocional que guardarlo implicaba, más sin en cambio, con el pequeño hijo de perra de von Doom, no podía contenerse. Porque él tenía a Tony de la forma que él jamás podría, malditas misiones y maldito Howard Stark por comprometerlo con ese bastardo sólo para amasar aún más el negocio y no con él, un simple soldado que sólo podía darle renombre más no sumarle unos cuantos ceros a la cuenta bancaria como von Doom lo haría.

—¿Estás celoso? — preguntó Tony, mientras terminaba de acomodarse la ropa, con una media sonrisa en los labios y los ojos brillantes con burla.

—¿Qué sí lo estoy? — respondió, con voz dura, desviando la mirada mientras se ponía de pie para hacer lo propio con sus ropas.

Tras guardar el pañuelo de nuevo en su lugar al interior de su saco, Tony dio los pasos que le separaban del rubio. Puso sus manos sobre su pecho y las deslizó de forma ascendente, sobre sus insignias hasta llegar a su cuello donde enredo los brazos para atraerlo hacia sí.

Algo renuente al contacto, Steve resistió pero terminó por ceder, porque a Tony Stark no podía negarle nada, no cuando esté sabía de antemano que era su debilidad y se aprovechaba de ello para manejarlo a su antojo, como lo haría ahora.

Stony Random Series Vol. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora