–¿Cuál era la pregunta? – dije mientras daba sorbos al cafe, el soltó un suspiro antes de hablar.

– ¿Hay algo entre tu y Boris?

–No. – respondí tajante, bajé la mirada pero luego volví a mirarle a los ojos, necesitaba que la mentira fuese creíble.

–¿Que significa Ładny?

–¿Que le pasa a Kotku? – respondí con otra pregunta.

– Pregunté yo primero.

– y yo respondí, te toca a ti responder ahora – el soltó un suspiro –vi cómo salía con el maquillaje destrozado el otro día. Supuse que estaba llorando.

– Está enferma – él miró hacia otro lado, completamente serio, luego volvió a mirarme – Tiene problemas psicólogos.

– ¿Puedo preguntar cuáles?

– Un día, después de una de las peleas que tuvo con Boris, apareció en mi casa, llorando, fue una de las peores noches de mi vida.

Flashback

Sam se levantó de un salto de la cama al ver el mensaje que su amiga le había enviado, se encontraba en la puerta de su casa, muerta en vida, de rodillas en el suelo y con las manos en la cara.

– Kylie, Levántate – dijo el mientras la cogía de las manos y la levantaba, la chica estaba débil, sollozando cada vez más fuerte – Siéntate y cuéntame que fué lo que pasó.

– ¡Me ha dejado! – Habló ella entre lágrimas y sollozos – ¡Me ha dejado, Sam! – ella se tiró a sus brazos, el soltó un suspiro de cansancio y hizo que su amiga se sentará en la cocina.

– Voy a prepararte una infusión, relájate, ahora me cuentas todo lo que ha pasado, además te he dicho 85.000 veces que dejes a Boris.

– Boris es el amor de mi vida – dijo ella tapando su cara con sus manos –Estoy tan enamorada de él que no puedo alejarme. Y el tampoco puede conmigo.

– ¿Que te hizo? – dijo mientras se sentaba con ella, la chica dejó de llorar, miró hacia un punto fijo y empezó a hablar.

– le dije que viniera conmigo a cenar a casa de mis padres, porque venían mis sobrinos y era importante para mí, quería que mi familia le conociera

–¿A Boris? – ella asintió.

– Me dijo que no podía ir porque tenía asuntos que resolver con su padre, era mentira, cuando lo fui a buscar estaba con Theo drogandose, metiéndose polvos blancos por la nariz, tan tranquilo y tan feliz.

– Es un idiota, Kylie, tienes que cortar con él ya. – dijo el mientras acariciaba su cara.

– Me llamo Koktu.

– No, tu te llamas Kylie, y es muy bonito tu nombre, no lo hagas más difícil de lo que es. Corta la relación.

– Cuando llegué a casa de Theo, empezamos a discutir tan fuerte que, el perro de Theo empezó a ladrarnos a los dos – explicó ella en un tono frío – Me puse tan nerviosa que le dí una patada al perro para que se callara – ahí la chica volvió a llorar – cuando escuché al perrito llorar me sentí la peor persona del mundo. Pero no me detuve.

– Popper – dijo el mientras se llevaba la mano a la cara.

– Después de pagarla con el perro fuí hacia él. – Siguió explicando mientras varias lágrimas bajaban por sus mejillas – le pegué, le insulte, le dije todo lo que se me ocurrió y más... Cuando Theo me separó de él, escuché a Boris decir:

–¡En tu puta vida vas a volver a verme! ¡Muerete! – Sam cerró los ojos al escuchar la última palabra.

– Me siento mal, me siento asquerosa por haberle hecho daño a un animalito indefenso – ella se levantó y empezó a buscar algo en la cocina.
– no me merezco a Boris, ni a ti.

–Kylie, ¿Que buscas? – dijo el intentando cerrar los cajones que ella estaba abriendo, pero reaccionó demasiado tarde, la chica había encontrado un bisturí guardado en los últimos cajones. Sam intentó arrebatarselo, pero ella se lo colocó en el cuello.

– Kylie, deja el cuchillo en la mesa, deja de hacer tonterías – dijo el intentando parecer calmado, pero por dentro estaba de los nervios, no sabía si realmente la chica era capaz.

– No se que me pasa, Sam, no estoy bien – Habló ella entre lágrimas – necesito dejar de sentirme mal.

– Vale, lo entiendo, pero tu sufrimiento no acabará si te matas, ¿lo entiendes? Necesitas ayuda, Ky, vamos a ayudarte, suelta el cuchillo para poder llamar a... – No terminó la frase, la chica alejó el cuchillo de su cuello pero lo enterró en uno de sus brazos.

– ¡Mierda, Kylie! – espetó el llevándose las manos a la cabeza, la chica había arrastrado el cuchillo haciendo una gran cortada en forma vertical, desde su muñeca hasta el antebrazo. El chico se sacó su camisa y le rodeó el brazo, intentando retener la hemorragia. Pero era demasiado. En cuestion de segundos la camisa ya estaba empapada.

– Lo siento mucho, Sam, pero ahora estoy mejor, si el dolor se centra en lo de fuera, lo de dentro no duele tanto. – fué lo único que dijo antes de perder el conocimiento. Sam vió cómo debajo de sus pulseras habían muchísimas más cortadas, pero más pequeñas.

– Dios mío.

Ładny - Boris Pavlikovsky Donde viven las historias. Descúbrelo ahora