Capitulo único

227 47 28
                                    

«Lo primero que debes saber sobre la peculiaridad de Hitoshi Shinso es que no puede quitarle la verdad a la fuerza a alguien, como muchos creen... Su quirk no funciona de ese modo.»

Es por eso que no puede pedir explicaciones a todas sus inquietudes, y si las pedía debía confiar plenamente en lo que le respondieran (hasta que se demostrará lo contrario), como todos los demás.

Así que era mirar a Denki y no saber quién era, y no poder preguntarle si era alguien más.

Tenía el mismo rostro, los mismos ojos, el mismo cabello rubio y la misma sonrisa. Y a la vez no había rastros de lo que alguna vez fue.

Era verlo y preguntarse si seguía siendo la misma persona. Verlo y ser plenamente consciente que él mismo ya no era el Hitoshi del pasado. Iluso y soñador.

Ambos habían cambiado, en algún momento en el tiempo apartaron la vista y se volvieron dos desconocidos.

Denki Kaminari hace muchos años se había revelado como el traidor que se infiltró en U.A. por órdenes de la Liga de Villanos.

Un golpe duro del que a duras penas pudieron recuperarse él y sus compañeros, cada quien se lo tomó con una calma siniestra que ocultaba la ira.

Tantos años después Hitoshi lo tenía a un metro de distancia, separados solamente por una mesa y por sus propios pecados. Extrañamente su ira no había despertado, y dudaba siquiera que siguiera con vida dentro de él.

Hitoshi se odiaba. Esto no era lo que quería y ni siquiera podía culpar a alguien más.

—Calles, hospitales, penitenciarias, aeropuertos y todo a sus alrededores. Dejaste a toda una ciudad sin energía y comenzaste varios focos de incendios, ¿sabes cuántas vidas se perdieron, Denki? —No era parte de un protocolo, Hitoshi solo se permitió tener un momento de debilidad antes de tener que regresar a casa.

—Cientos... supongo.

—Sí, cientos...

Hitoshi recorrió con la vista las marcas negras en los brazos de Denki; a simple vista parecieron tatuajes hechos por unas manos experimentadas y llenas de talento, pero bajo el tacto de unos dedos o si fueran vistas de cerca es fácil que uno se dé cuenta de que las marcas se hundían en la piel y se enrollaban en sus extremidades como si se tratarán de serpientes estrangulando a su presa.

Un centímetro, calculó Hitoshi habiendo visto con detenimiento dos marcas rectas y cortas en las mejillas de Denki, un centímetro de profundidad es lo que tienen.

Una alteración genética, supuso, de esas que All For One acostumbraba a realizar en sus seguidores, en los cuerpos de sus lacayos.

—No te quieren vivo —dijo de pronto.

Denki rió por unos segundos y luego le sonrió mientras una de sus manos rascaba bajo las esposas de contención de quirk, hechas de un material resistente incluso al poder de alguien como Deku.

—Nadie me quiere vivo, Hitoshi.

Era verdad... Hitoshi deseaba poder decir que él era la excepción pero había un montón de archivos sobre las recientes víctimas de quién alguna vez planeó ser Chargebolt —El héroe eléctrico—, que pesaron sobre su lengua y lograron hundirse hasta el fondo de su garganta para que callara sus palabras.

—Entonces, ya sabes que haces aquí, ¿verdad?

—Hmm, déjame ver —Denki le dio un vistazo lento y burlón a la habitación, sonrió y se apoyó sobre la mesa para tomar cercanía entre ambos—. Estoy en una cabaña en medio de la nada, iluminado con la suave luz de una lámpara de gas, esposado y contigo... ¿Es nuestra luna de miel hardcore, cariño?

Noche efímera [ShinKami]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora