Al paso de los años vamos creando anécdotas para nuestra pequeña y larga vida, nos preparamos para enfrentar pequeños o grandes retos, algunas personas solo llegan un muy poco tiempo a tu vida, otras se van definitivamente porque será lo mejor, y de ahí lo más doloroso, cuando una persona que debía quedarse contigo siempre, se va para estar en un lugar mejor.
Pero es que de eso se trata de la vida, aprender a vivir es lo más importante que precisamos en nuestro paso por el mundo.
De niño tienes muchas ilusiones, piensas qué existen tantas cosas que solamente son un invento, pero la emoción e inocencia que tienes al pensar que los reyes magos o el ratón de los dientes existe, es algo incomparable, los juguetes que recibes, el amor de tus padres y abuelos, la infancia es una etapa muy bella y esos recuerdos que tienes no se cambian por nada.
Pasan los años, tus padres te dicen la verdad sobre todas tus ilusiones, pero tranquilo, eso es parte de crecer.
Vas haciendo amigos nuevos, algunos amigos se quedan con el paso de los años y te das cuenta que siempre estarán para ti así como tú lo estás para ellos, la peor parte de dejar la niñez, es que tus abuelos se vuelven más viejos, y tenemos que recordar que en esta vida vamos de paso, los abuelos te enseñan muchas cosas, menos a vivir sin ellos, y ahí es cuándo sientes el verdadero dolor de que alguien que ames se vaya de tu vida, no a todos les pasa igual, hay muchas personas que tienen la fortuna de estar con ellos.
Al paso de más tiempo te das cuenta que la herida va sanando poco a poco y aprendes a vivir con el dolor, porque sabes que, en algún momento, en otra vida, te encontrarás con esas personas que amas, así que el tiempo que nos toque vivir hay que disfrutarlo al máximo, también te das cuenta de todos los problemas en la familia, y muchas veces nos afecta y los padres no se dan cuenta de eso, y las cosas o mejoran o aprendes a vivir así hasta que ya no te haga daño.
