Gojo Satoru (+18)

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Por esta vez.

Existiendo tantos hombres en el mundo corrió con la  desgracia de enamorarse de ese hombre.
Odiaba sentirse común y corriente, una mujer como cualquier otra que se había enamorado del hombre que todas querían: Gojo Satoru.
Y no podía evitarlo, sabía profundamente que eran  incompatibles, él no estaba hecho para la estabilidad ni para jugar a romances eternos como era su sueño.

Utahime:- ¿Y qué harás después del trabajo?

(...):- Ir a casa por supuesto.

Utahime:- Deberías de escapar aunque sea una sola vez de esa rutina.

(...):- Me siento cómoda con ella.

Nuestra breve conversación fue abruptamente interrumpida por aquel hombre escandaloso que saludaba con una sonrisa.
(...) Intentó  mantener la compostura, tembló de nervios involuntariamente y se mantuvo en silencio.

Gojo:- ¡Oh! Pero si tú eres...ah...eres...

Utahime:-¡(...)! ¡Idiota! ¡Deberías de aprender a recordar los nombres de los demás, es algo muy ofensivo!

Gojo:- ¿Ah? Vamos tampoco es para tanto, ¿No es así, (...)?

(...):-N-No, (suspira) en realidad da igual.

Gojo:- ¿Qué sucede? ¿Por qué estás temblando?

(...):- ¿Ah? P-pues...

Gojo:- ¡Oh! Ya veo...

Se acercó unos pasos hasta ella, estaba tan cerca que sus labios parecían querer besarla, cerró los ojos esperando un impacto que nunca llegó y avergonzada volvió abrirlos cuando escuchó que le susurraba en el oído:- ¿Entonces yo te pongo muy nerviosa, no es así?

Se alejó de él por impulso, Utahime miraba sin comprender bien la situación pero le daba miradas de enojo a Gojo mientras que (...) sin saber qué más decir se fue del lugar.
¿Y por qué se fue? ¡Porque la había evidenciado!
El hombre que ella quería no recordaba su nombre pero sí sabía que estaba interesada en él.

A la salida del trabajo escuchó al escandaloso hombre llamarla pero solo la motivó a aumentar el paso hasta que ya no pudo seguir porque él la había alcanzado sosteniéndola del brazo.

-¡Suéltame!

-¿Qué sucede?, no te pongas así tampoco , no está mal que me ames, tienes un muy buen gusto.

Esa actitud de arrogancia no era  para nada de sentirse orgulloso.

-Bueno, supongo que no importa. Yo...debo irme y sí...tienes razón en que me gustas pero tranquilo que tampoco estoy loca para intentar algo contigo.

-¿Crees acaso que no te correspondería?

-No quiero que lo hagas, estoy más que segura que jamás funcionará. No quiero perder mi tiempo.

-Eso no lo sabrás a menos que lo compruebes.

Gojo se acercó a escasos centímetros.

-¿Qué dices? ¿Damos un paseo?

-¿Es una invitación?

-Sí, una invitación a conocernos mejor.

Muy bien (...)-, pensó- sufrirás mucho por un largo tiempo pero al menos y sólo por hoy, déjate coger hasta el amanecer de Gojo Satoru.

Él la llevó a su casa, no sabía si era la primera o una de tantas chicas a las cuales había llevado a su casa, tampoco le importó. Se dejó llevar.
Cuando vino a darse cuenta su boca estaba unida a la de Gojo en una habitación de su casa mientras él la sostenía con suavidad.

Gojo se apartó de ella para desnudarse por completo, (...) lo miró sonrojada, era bellísimo.

-No tengas pena, esta noche te voy a a llevar a ver las estrellitas.

Gojo la recostó con suavidad en la cama la desvistió con su mano y boca, (...) paciente lo observaba recorrerla sin pena ni vergüenza, tocando como si fuera un maestro experto hasta dejarla sin ninguna prenda.

La volteó boca abajo y él estaba encima de ella, con una de sus manos fue a su intimidad donde empezó a tocar con suavidad, (...) estaba lo suficientemente húmeda sintiendo el tacto de aquellos dedos largos jugando con su intimidad.
Con su boca Gojo besaba su cuello al tiempo que la masturbaba, cuando ella no pudo más gimió apartando aquella mano para evitar la sobreestimulacion.

Lo escuchó reír con esa risa suya de jugueteo.

-¿No quieres más?

-Hmm, G-Gojo...

Gojo le dio la vuelta bruscamente, se posicionó en su entrada dándole una mirada muy sexy.
(...) cerró los ojos por la intensidad y se estremeció por la lengua de Gojo recorriendo aquella parte sin piedad.

-¡Ahhg! ¡Hmm!

Se mordió los labios con fuerza y él la miraba desde abajo mientras chupaba su coño con impaciencia.
(...) agarró el cabello de Gojo cada vez con más fuerza mientras se acercaba al punto.
Cuando alcanzó su orgasmo lo obligó a separarse de ella y cerró sus piernas con fuerza.

Por su parte Gojo estaba muy duro, pasó una mano por su pelo y luego se sentó en una silla con su miembro erecto de frente a (...).

-¿Qué esperas (...)? Ven aquí y muéstrame lo mucho que te gusto.

(...) se levantó poniéndose de rodillas ante él, tomó el miembro de Gojo en sus manos empezando a masajearlo con cuidado.
Él mantenía sus ojos en ella, de cuando en vez los cerraba, se echaba hacia atrás y ponía su mano en su cabello como diciéndole:-Buena chica.

Después de un rato (...) introdujo el miembro de Gojo en su boca, él abrió los ojos y gruñó, (...) juraba que se había sonrojado mientras ella se lo chupaba, estaba segura de eso.

Le hizo un oral con mucho dedicación y cuidado, lo metía y sacaba de su boca escuchándolo alabarla por lo bien que lo hacía sentir.

Antes de correrse lo sacó de su boca y se corrió afuera, acto seguido sacó un condón de uno de los cajones al tiempo que ella esperaba tranquila en la cama con las piernas juntas por él.

Gojo se le acercó separando sus piernas, antes la besó con lengua y apretó un poco uno de sus pechos.

La penetró de inmediato. (...) sintió el miembro de Gojo dentro de ella sin moverse por unos segundos, él puso las piernas de ella en sus hombros, la besó con lengua sin separarse de ella y empezó a embestirla.
Sus embestidas eran profundas, con un ritmo romántico y pasional que la volvía loca, ella no pidió más pero él se movió cada vez más y más rápido, escuchándose en todo el cuarto como se la cogía sin interrupciones.

Gojo tuvo que dejar de besarla porque necesitaban tomar mucho aire y ella quería gemir.

-¡Ahhg! ¡Ahhh! ¡Ahhg!

-¡Ohh! ¡Me encanta cuando gimes!  ¡Hace mucho que no lo hacía, había olvidado lo delicioso que se siente esto! ¡Grita más para mi (...)!

-¡Ahhh! ¡Ahhg!

Se la metió más duro durante el resto de la noche dejándola exhausta y dormida en la cama.
El siguiente día podía despertarse arrepentida y avergonzada pero por esa noche, sólo por esa noche quería descansar abrazada  en la cama de Gojo Satoru sintiéndose jodidamente deseada y cogida por ese hombre, el hombre que ella quería.

Escenarios Jujutsu Kaisen X Lectora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora