Cap. 2

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 Tras esto regresó a su ático, entró y al poco escuchó el timbre de la  puerta, abrió extrañado y lo asaltaron los fuertes y potentes brazos de uno de sus colegas, el otro le saltó encima y lo echaron hacia dentro, los saludó y aceptó los cumplidos de estos sobre el cambio de vivienda.

__Ya era hora de que dejases ese asqueroso antro.

__Joder tío, tus vecinas están de muerte – gritó el otro asomadose al rellano. 

El que ya había entrado salió a su vez y Hades fue para meterlos dentro hasta que vio una chica agachada recogiendo un paquete, se levantó sujetando la escueta toalla y cuando hecho la melena atrás le ardió la sangre y algo más al ver que era la chica del móvil. Esta desvió sus ojos hasta ellos y sonrió.

__Vaya, tu otra vez ¿Eres el nuevo vecino?

__¡¿Nuevo vecino?! – se escucharon dos voces femeninas desde el interior del piso de abajo seguido de una corrediza.

Una rubia y otra pelirroja sacaron la cabeza por la escalera y dedicaron sus mejores sonrisas a Hades presentándose. La morena las disculpó y las empujo hacia el interior.

__Siempre se confunden y dejan nuestro correo aquí – dijo y despidiéndose con los dedos bajo haciendo caso omiso a las protestas de las otras dos. 

__¡Espera, espera! No seas mal educada __ la riñó la rubia volviendo a salir__ Es costumbre hacer una fiesta para el nuevo, estáis invitados a bajar__ les guiño el ojo.

La morena suspiró resignada y meneando la cabeza se metió dentro.

__Yo no me lo pierdo, ¿Qué dices tío? – lo miró uno de ellos – y no me vengas con que estas cansado por qué no se me ha escapado esa mirada…

__¿A que ha venido lo de tu otra vez? – preguntó el otro socarrón.

Hades los miró y sabiendo que dijese lo que dijese no le harían caso les dijo que al menos lo dejasen cambiarse. Total, para hablar de lo de siempre y echar unas partidas ingiriendo cerveza y patas tenían otro día, ahora tenía una vivienda en condiciones para ello.

Se duchó en un momento mientras los ponía en antecedentes y tras vestirse bajaron, picaron al timbre y la despampanante rubia les abrió con su amplia sonrisa apoyada en el marco. Se apartó para dejarlos pasar moviéndose hacia delante y atrás mientras los repasaba de pies a cabeza mordisqueándose los labios al llegar al trasero. Cerró la puerta de un tirón y fue con ellos hasta el comedor, se puso bien los pliegues de lo que parecía un camisón rosa y les ofreció de beber. 

Kelly se apoyó en la mesita y bebió un poco de su copa sin apartar la vista de Hades, Ilda salió de detrás de la barra de la cocina y se acercó con dos cervezas, ya que le faltaba una a uno de los chicos, se la tendió y se llevó la otra a los labios.

Pero Hades no prestaba atención a la rubia sino que observó como la morena de ojos salvajes se levantaba del sofá con un bufido cerrando el libro que leía. Estaba sentada con una pierna plegada sobre el sofá y la otra apoyada en la mesita, paso por delante de ellos y desapareció por una de las puertas del ancho pasillo. Llevaba un jersey de lycra lila que se pegaba a su cuerpo y unos escuetos pantaloncitos blancos. Creyó oír a una de las chicas decir que no le hicieran caso y Kelly le puso un dedo en el mentón a Hades para que le prestase atención. De todos modos sus compañeros aún estaban mirando la puerta cerrada con la imagen del perfecto trasero de la otra. Cool y Hammer empezaron a hablar con las chicas y al poco ya reían como si se conocieran de toda la vida. Cool era un tipo algo delgado pero con un cuerpo cuidado y trabajado, llevaba el pelo con un corte desenfadado y actual, era rubio y de ojos negros como el carbón, Hammer por su parte era alto y robusto, estaba fuerte como un toro, su pelo negro siempre estaba cortado a cepillo y perfectamente engominado hacia arriba, era atractivo y tenía unos bonitos ojos azules.

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