The Boy In The Wood

Capitulo 2

Ya iría un mes desde que se conocieron.

Realmente nunca espero que Ging lo visitara de nuevo después de su encuentro, mucho menos que volviera cada día pero lo agradecía profundamente.

A veces traía consigo algo para jugar como pelotas, cartas, canicas; cosas sencillas que no requirieran estar cerca para poder usarlas. Otras veces no traía nada, le gustan esos días.

Cuando no tenían nada que más que hacer podía escuchar hablar a Ging de los libros que ha leído, su familia, la ciudad e isla ballena.  Quizá para el moreno su propia vida era simple y "normal", podía parecerle aburrida pero nada más lejos de la realidad. Para el que vivía encerrado desde que tenía memoria escuchar sobre eso le hacía feliz. Aunque quizá era más que nada por la manera en que Ging contaba las cosas, había tantas emociones en su voz y movía las manos para darle  intensidad a lo que decía. Simplemente no había nada mejor que estar con Ging.

Nunca le había tomado importancia a lo que había más allá de la reja,  pero los últimos días no pudo evitar sentirse mal por no poder salir de su encierro. Realmente le gustaría poder jugar con Ging, caminar por las calles a su lado, ser el quien vaya a visitarlo, conocer a su familia, mirarlo más de cerca  y así... Ok.  Ok,  eso ya era muy raro. No podía pensar así de su amigo, ¿porque eran amigos, no es así?,  no se supone los amigos piensen de esa manera. Aunque  que podría saber él,  nunca ha tenido amigos... nunca ha tenido nada a decir verdad, ni siquiera una cosa tan básica como un nombre. Supuso tuvo alguno pero fue quitado de su familia a tan temprana edad así que no lo recuerda.

''Tus padres te usaron para pagar sus deudas, ese fue el trato desde antes de que nacieras. Dudo te hayan dado un nombre''

Fue la respuesta que obtuvo la única ocasión que se animó a preguntar.

Ellos nunca le dieron nombre como tal, no lo necesitaba, después de todo era solo un objeto, algo que utilizar. Es mercancía.  No es necesario darle a la mercancía un nombre, quien paga por ella decide cómo llamarle aunque sea por un leve periodo de tiempo. Y bueno, no le interesaba no tenerlo, no había nadie que fuera a utilizarlo después de todo. 

Al menos eso pensaba hasta que Ging llego.

— ¿cuál es tu nombre? - pregunto de repente — quise dejar me lo dijeras por  ti solo pero veo eso será difícil.

— ¿mi nombre? — Asintió —  No tengo uno, ellos solo me dicen niño. Supongo puedes decirme así.

— ¿Qué? debes estar bromeando — negó, debería saber ya él no era mucho de bromear — ¡entonces yo te pondré uno, un nombre es algo importante!

— ¿Lo es? — alzo una ceja confundido. 

— ¡Claro! y es porque... uh, lo es porque. Bueno. — lo miro curioso mientras este parecía buscar con que justificar su respuesta.

— Lo tengo — dijo después de unos segundos — Cuando se describe a alguien por su aparecían eso  solo  es una lista de cualidades o rasgos inútiles, pero cuando se agrega  nombre se vuelve una persona que se distingue de otras... —pese a notarse era una respuesta improvisada, fue lo suficiente para que entendiera el punto. Un nombre le daba una identidad.

— nadie es especial hasta que se les da un nombre y tu definitivamente eres especial por lo que debes tener uno. — ¿es normal su corazón lata tan rápido? Espera si — Así que cállate y déjame pensar en cual será tu nombre

Llevo una mano a su mentón pensando en cual quedaría con el de cabello blanco.

Mientras tanto la mente del menor intentaba poner en orden su cabeza. Haber escuchado de él que era especial le hizo sentirse feliz y avergonzado. Nunca había sido considerado especial por nadie, no de esa manera, no sin haber hecho nada, no sin que la otra persona quisiera algo o le hiciera daño poco después. Pero Ging  no era así, estaba seguro, él era alguien tan amable y honesto siempre, ¿merecía el realmente tanto de él? ¿Aunque no sea honesto y le oculte cosas? ¿Aunque le cueste expresarse y termine siendo grosero?