Capítulo IV

1.6K 129 74
                                    

Narración Universal

Stark empezaba a ponerse ansioso porque no encontraba al menor y tampoco respondía sus llamadas. Se la pasó preguntando a cada una de las personas que yacían en el recinto, pero ninguna sabía el paradero del más joven. Buscó en el laboratorio, en la sala de estar, en los baños, pero no halló rastro alguno de él. Al no encontrar noticias del chico, decidió salir a tomar aire fresco para tranquilizarse y buscar con calma. Ahí fue cuando vio a lo lejos, dos pequeños piececitos que colgaban del techo del complejo. Stark no dudó nada en darle órdenes a su I.A de brindarle a la mano el traje de metal para poder llegar de una manera más rápida con el pequeño.

Empezó a subir de la manera más sigilosa que podía. Y cuando estaba a tan solo unos metros de llegar a su destino, decidió hablarle una vez más a su I.A.

—F.R.I.D.A.Y, ¿qué hace Peter?

La I.A tardó unos segundos en responder.

—Señor, el joven Peter, se encuentra sollozando e hiperventilando.—Stark se encoge sobre sí mismo. Es su culpa qué él esté así, siempre se repetirá eso.— Señor, si el joven sigue así, hay un 96% de que sufra un ataque de ansiedad. ¿Debería de llamar al Dr. Joseph?—habló la I.A sacando de sus pensamientos a Stark. Eso alarmó al mencionado anteriormente. Stark estuvo presente en uno de esos molestos y para nada buenos ataques de Peter, además de que ya había padecido de ellos. Se juró a sí mismo que jamás le sucedería eso de nuevo, y al ver que hay una posibilidad que eso ocurra y en cierta parte por sus errores, le aterró.

Siguió dirigiéndose a su destino para llegar lo antes posible con el chico, y cuando lo vio ahí, sentado, tratando de calmarse, le fue imposible no abrazarlo. El menor al principio se sorprendió. No se esperaba para nada que lo fuera a encontrar. Esas lágrimas que tanto intentaba cesar,  se derramaron cual lluvia al sentir los brazos del mayor abrazándolo fuertemente. Si eso era un sueño, él no quería despertar jamás. 

—Sr. Stark...—susurró.— Apártese de mí, por favor.—dijo, tratando de calmar su agitada respiración.

—Peter...—empezó a hablar Stark. Al ver que seguía con el traje puesto, decidió quitárselo, dejando ver su cara de preocupación a Peter, quien se sorprendió por la misma.— En serio, perdóname.—sollozó.— Juré que jamás te haría daño, y ahora mismo lo estoy haciendo. Soy un imbécil.—Peter no sabía qué hacer ante su confesión. ¿Debería ser él el que lo reconforte ahora o se haría el digno y lo ignoraría? Pues al parecer, el corazón del muchacho seguía latiendo fervientemente por el contrario, e hizo lo primero. No dijeron nada, solamente se fundieron en un reconfortante y cálido abrazo.

Estuvieron en esa posición por unos minutos y fue el mayor quien lo rompió.

—Peter... Necesito decirte algo que debí haber hecho antes.—habla con firmeza Stark, mientras que Peter sigue en silencio esperando que continúe hablando.— Sé lo mucho que te he hecho sufrir por mi silencio y mis acciones porque no sé como expresarme, y lo siento... Si digo algo fuera de lugar, golpéame por favor.—suspira profundo.— Probablemente creas que no me importas o que te tomo como un juego, pero estás equivocado. Para mí, tú eres mi asunto más importante. Tú eres la razón por la que quiero hacer un mundo mejor y, darte un lugar lindo en el que puedas vivir.—hace una breve pausa.— "No quiero ser la razón por la que su vida se derrumbe" o "Él no podrá con los viles comentarios de la gente", eso fue lo que pensaba, pero era yo el que tenía miedo. Tenía tanto miedo que me odiases por probablemente brindarte una vida así, y resultó ser que el cobarde era yo, no tú.—volvió a suspirar.— ¿Cómo no enamorarme de ti?—suelta una risilla.— Amo ver tu cara seria cuando te concentras en algo. Amo que cuando estés enojado, formes un adorable puchero que me hace querer abrazarte. Amo como tus mejillas se sonrojan al oír un cumplido o un halago de mi parte. Amo que trates de dar lo mejor de ti como Spider-Man y cuando no te sale bien, te deprimes pero te recompones rápidamente porque piensas que así no lograrás nada. Amo cada una de tus facetas al ver una película de aliens ochentera. Amo como pronuncias mi apellido. Amo tanto que me ames con la misma intensidad que yo.—Stark presenció la escena más adorable que pudo haber visto de Peter. El anterior mencionado, entre lágrimas se arrojó a brazo extendido hacia el mayor, quien lo recibió gustosamente. Peter era un mar de lágrimas y Stark respiró aliviado por ver que el menor todavía sentía lo mismo.

you're my reason // starkerWhere stories live. Discover now