ii. ix

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The problem is actually me.


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— ¿Algún día me dirás por qué tanto empeño en ese viejo armario? —preguntó Victoria mientras se acercaba hacia donde Draco estaba, este último desvió la mirada del armario para verla cruzarse de brazos.

— ¿Por qué te lo diría? —cuestionó.

— Porque soy tu amiga. —dijo de forma burlesca, Draco chasqueó la lengua y regresó su mirada al armario— Que cruel, supongo que merezco saber debido a que ayude un poco en arreglarlo.

— No te pedí tu ayuda.

— Que agresivo despertaste, ten —él la vio extender su mano donde reposaba un chocolate—, escuché que los dulces pueden cambiar el humor.

— ¿Quién diría algo así?

— Camille, ella cree que puede calmarme con dulces.

— ¿Lo logra? —inquirió, ahora fue Victoria quien hizo chasquear su lengua ante el tono usado por él.

— Quizás. —Draco sonrió, pero ella no lo vio al estar ocupada observando el armario— ¿Me dirás si te doy más chocolates?

— No.

— Que aburrido eres, Malfoy. —murmuró— ¿Todo esto tiene que ver con lo que te ordenaron hacer?

— ¿Qué te hace creer eso?

— Intuición, supongo que ya no puedo preguntarte si esto va a causar un daño, mi intuición también me dice que alguien saldrá herido.

— ¿Irás a decirle a alguien? —Victoria dejó de mirar al armario para mirar a Draco, lo más inteligente era decirlo, ambos lo sabían, sobre todo él, si alguien podía tener información para detener a Lord Voldemort la usaría y Victoria la tenía, pero aun así parecía no decir todo.

— No.

— ¿Por qué?

— No lo sé. —respondió encogiéndose de hombros para restarle importancia, porque en realidad si sabía la respuesta, venía sabiendo muchas cosas desde que todo esto comenzó, pero que negó a ver, Victoria encontraba cierta belleza en la ignorancia, porque algunas cosas eran mejor cuando se ocultaban.

Victoria Pieterse aprendió que se podía vivir más feliz si se aceptaba a ignorar ciertas situaciones, fue su madre quien le dio ese inusual apodo a la ignorancia como una belleza, pero, ¿de verdad era una belleza? Porque en ese momento Victoria pensó que por primera vez en su vida debería haberse comportado más egoísta con ella misma.

Sin embargo, ya era muy tarde para Draco y Victoria ser egoístas, más era verdad, había cierta belleza en la ignorancia.

— ¿Cómo estuvieron tus vacaciones? —preguntó luego de varios minutos de haber mantenido el silencio entre ambos, un intento por cambiar el tema.

— Hubo mejores. —respondió Draco— Te quedaste aquí, ¿Cierto?

— No tengo a donde ir, además ocupé ese tiempo para practicar. —mencionó— Había cierto hechizo que necesitaba aprender.

— Creí que eras mejor que todos y no necesitabas saber más.

— Claro que soy mejor que todos. —replicó— Solo necesitaba probarme a mí misma nuevamente. Ahora déjame presumir que soy mejor que tú.

Draco puso los ojos en blanco, Victoria movió su mano para tomar la varita de su bolsillo y apuntar hacia un espacio vacío, tras casi un año, el hechizo al que apodaron el más difícil para ella seguía siendo el más difícil, no porque en realidad fuera tan complicado como Potter se los mencionó, al contrario, resultaba ser sencillo de no ser por las implicaciones que tenía hacerlo.

Camille como forma de apoyo le dijo que estaba bien no ser buena en todo, Thomas en cambio dijo que ella era capaz de hacer todo lo que quisiera por el simple hecho de ser Victoria, pero no importaba los esfuerzos que ella pusiera parecía nada dar resultados, hasta dos días después de la cena de navidad donde su cerebro inconscientemente le mostró que en realidad era ella quién siempre fue el problema.

De la punta de la varita de Victoria salió una luz celeste casi blanquecina que iluminó el sector donde se encontraban ambos Slytherin, Victoria entonces abrió los ojos y pudo ver al lince frente a ella, tan majestuoso como la primera noche que apareció frente a ella.

— Necesitaba probarme que en realidad hay cosas ahí afuera que no son tan malas... —susurró sin poder despegar la mirada de su patronus— Y que el problema en realidad soy yo.

Draco desvió la mirada del patronus y observó a Victoria a su lado, él podía jugar que jamás vio aquel brillo en sus ojos, Victoria desvió la mirada para ponerla sobre la de él y también percatarse de que nunca les otorgó la suficiente atención a los ojos de Malfoy y lo mucho que podían expresar a veces.

Una vez alguien dijo que tan solo bastaba una pequeña cosa para desencadenar algo más grande; le bastó unos segundos y una bala a una persona para comenzar una guerra, le bastó un ideal a otro para creerse con la potestad de decidir sobre la vida de otros, un desencadenante era algo que nadie podía controlar, porque no tenían el poder de ver más allá de lo que sus ojos veían.

Acciones que tenían sus consecuencias, era tan simple como mover una ficha en el ajedrez y esperar a ver el resultado, porque eso era la vida, una larga espera para ver tu propio desencadenante.

Ojalá hubiesen sido más egoístas, ojalá hubiesen ignorado todo, ojalá no hubiera ese sentimiento de por medio, ojalá Draco Malfoy no la hubiese besado aquella tarde de enero.

Pero aquella simple acción solo demostraba una cosa: las personas rotas no deberían juntarse, porque lo único que hacían era seguirse lastimando. Había tantas cosas que Draco Malfoy y Victoria Pieterse debieron haberse dicho esa tarde, pero solo hubo silencio, porque ninguno de los dos estaba listo para afrontar la realidad a la que ambos le huían, así que optaron por hacer lo que mejor hacían: ocultar todo tras una mirada fría.

Victoria entonces se encontró alejándose del salón de menesteres con el corazón en su manga y otros pedazos de ella misma lastimándola, no era correcto, no era nada correcto, pero por un segundo se sintió como si todo lo que ocurría fuera de esas cuatro paredes no existiera, ¿Era correcto ser egoísta? Lo era, definitivamente era correcto, pero ninguno tenía la suficiente valentía para dejarse derrumbar por completo.

Ojalá pudieran cambiar algo, eso era todo lo que ambos pensaban mientras la una se dejaba caer en una de las paredes más alejadas del castillo y el otro se quedaba dentro del mismo salón rompiendo y maldiciendo.

Quizás alguien allá afuera tenía razón, eran las personas correctas en el momento equivocado.

Ending Scene ➳ Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora