SukuFushi Week [sᵘᵏᵘғᵘˢʰⁱ]

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Il percorso che scegliamo
El camino que elegimos

Mafia
Omegaverse

Megumi es un omega de 25 años que estudia medicina en la Universidad San Raffaele, en Italia. En una de sus jornadas en la sala de emergencia su padre llega mal herido por impactos de bala al hospital en el que toma prácticas.

◍••◍

Caos.

Esa palabra probablemente podría describir los momentos que está pasando el joven practicante, quien parece que pronto entrará en un estado de pánico al notar una conocida mata de cabellos negros entrar por aquella puerta doble guiado encima de una camilla por paramédicos, quienes alzan la voz para llamar la atención de los enfermeros disponibles.

Lo primero que nota es que Toji está desmayado, no reacciona. Después nota la sangre que invade gran parte de la camisa de su padre, aunque fuera negra, puede ver la humedad oscura y el aroma metaloso que invade con fuerza sus fosas nasales al momento de guiar en automático la camilla que lleva a su padre hacía una cama de la sala disponible.

También nota cómo una joven paramédico hace presión constante en uno de los costados del cuerpo musculoso y tiene ganas de gritarle que debe retirarse y dejar que los médicos se hagan cargo. Antes de poder hacer aquello, la voz autoritaria de la doctora Utahime, quien está a cargo de los practicantes, hace que entre en razón nuevamente. - Denme los datos del paciente, rápido. - dice, en dirección de uno de los paramédicos que parece no rebasar los 23 años.

- Paciente masculino de aproximadamente 40 años de edad sufrió dos heridas provocadas por un arma de fuego. Quien llamó al servicio médico fue una vecina quien refiere que el señor trabaja en un gimnasio. - dice el paramédico, mientras los jóvenes estudiantes a médicos comienzan a encender con rapidez las máquinas para conectar a Toji y saber con mayor seguridad su estado. - La herida por arma de fuego en el hombro es de aproximadamente 1 cm y otra en el abdomen.

- ¡Es mi padre! - dice el pelinegro, al fin pudiendo hablar. Sintiendo su boca seca y que las palabras apenas pueden salir, pero sabe que éste es el ambiente en que decidió trabajar el resto de su vida y que tiene aprender a controlarse. - Su sangre es A+, ya solicité a una enfermera a que trajera dos bolsas. - sinceramente el Omega apenas se recuerda a sí mismo pidiéndoselo a una pequeña enfermera.

La doctora Utahime asiente hacia el joven estudiante a médico, quien ahora no parece tener expresión alguna.- Ha perdido mucha sangre, es necesario retirar las balas, si es que quedan fragmentos dentro de él y se debe detener la hemorragia de inmediato.

Los estudiantes no dudan y comienzan a actuar, toman unas tijeras y cortan la playera húmeda del mejor postrado en cama, limpiando con rapidez la zona y checando si es que no tiene algún fragmento de bala en el hombro. Está limpio.

Después, se revisa en la zona del abdomen, dónde se nota que algunos fragmentos han quedado incrustados, provocando que la hemorragia apenas comience a detenerse y no puede ignorar las marcas de golpes en el abdomen de su progenitor.

No sabe en qué momento al fin a su padre lograron estabilizarlo. La doctora Utahime no permitió que el de cabellos negros y mirada perdida procediera a actuar en los auxilios de Toji, por precaución a que el joven llegara a perder el control. Probablemente porque aún con los supresores de aroma, el chico a comenzando a expedir feromonas nerviosas por el posible colapso que podía llegar a tener.