Las 5 almas (1)

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La tormenta azotaba fuertemente aquella región, los rayos aterrizaban en los árboles, los truenos resonaban fuertemente en el aire logrando que más de un niño corriera con sus padres del miedo, logrando que más de un adulto abrazara a sus pequeños, logrando que un niño peliverde se cubriera con almohadas las orejas, tratando de impedir el ingreso de aquel sonido.

Cada una relámpago que tornaba en el cielo, era un grito de aquel niño, al amanecer se iría a la isla Andrómeda, ya no tendría a su hermano, además, aquel niño de cabello azul se estaba recuperando de los golpes que tatzumi le había dado como castigo.

Tenia que ser fuerte por ello, habían pasado aproximadamente 3 horas desde que la tormenta había comenzado y 2 desde que el niño estaba metido en la cama intentando hacerle frente al miedo.

Shun: No tengo miedo, no tengo miedo, no tengo miedo -Se repetía constantemente apretando más las almohadas contra su cabeza.

No pasó mucho tiempo para que la puerta de aquella habitación se abriera y un pequeño ingresara en ella subiéndose a la cama y quitando las almohadas que cubrían los oídos de su hermano.

Ikki: No llores Shun, la tormenta va a pasar - Consolo abrazando a su hermano ignorando el dolor que su espalda le proporcionaba.

Shun: Her-Hermano - Sollozo aferrándose a el, tenía miedo y no lo iba a negar así que prefirió aferrarse a su hermano mayor.

Seiya: Hyoga me estas pisando

Hyoga: Tu me estás estorbando ¡Quitate!

Shiryu: ¡Callense los dos!

Se escuchaban las peleas de los pequeños al otro lado de la puerta empujando se el uno al otro hasta lograr abrirla mirando con una sonrisa nerviosa a ambos niños sobre la cama.

Ikki: ¿Que hacen aquí? -Pregunto mirando a los presentes.

Seiya: Bueno, sabemos que Shun le tiene miedo a las tormentas -Se excusó dejando caer una almohada y una cobija, las cuales traía en brazos al momento de caer.

Hyoga: Así que decidimos hacer una pequeña pijamada... Como despedida - Respondio el rubio subiéndose a la cama y dejando su almohada al otro lado de la cama y cobijandose.

Seiya: ¡Será divertido! - Casi grito imitando las acciones de su amigo.

Shiryu: Quiero que quede claro que esto no fue mi idea y fui arrastrado hasta aquí- Se excusó subiendo a la cama junto a los demás.

Ese fue el último recuerdo que tuvieron de niños juntos, el último recuerdo sin que una batalla campal los amenazara, el último día que marcaría el final de su niñez , pues al día siguiente, se separian sin saber quién volvería y quien no, una despedida que no sabían si sería para siempre o solo un momento.

Después de esa noche, a la mañana siguiente, los barcos los esperaban y con un último abrazo se despidieron abordando cada quien a su destino.

Nos Volvemos a ver Where stories live. Discover now