Capítulo 5

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Presente
Septiembre, 2026

Después de desayunar un triste trozo de pan que ni siquiera se terminó, Louis subió a su habitación en busca de su mochila. Al rescatarla del suelo le dio la impresión de que pesaba más de lo normal, pero había despertado cansado por tercera semana consecutiva, así que dio por hecho que solo era cosa suya.

Un segundo después le vinieron ciertos recuerdos que le hicieron ponerla corriendo sobre la cama.

Exhaló casi indignado al tirar de la cremallera. Las puñeteras botellas de vino seguían ahí, metidas a presión entre el resto de sus cosas, separadas por la «barrera» que Harry había construido con su sudadera.

—La madre que lo...

Las sacó, escondiéndolas debajo de su cama y volviendo a colgarse la mochila al hombro. No planeaba bebérselas, pero tampoco iba a dárselas si él no se las pedía.

Al salir de casa se encontró a Zayn y a Niall; habían sacado un par de sillas y estaban desayunando fuera, aprovechando el último cielo despejado que prometía el verano.

Por supuesto, él era el único pringado que tenía tareas ese día.

—¿Sales de patrulla? —le preguntó Zayn al verle pasar.

—De caza —dijo, y señaló a Niall con un gesto de cabeza—, por su culpa.

Su amigo soltó una risita a la par que mordía su tostada. Zayn ladeó la cabeza.

—¿Cuándo vuelves a salir con Harry?

—No lo sé. Aún no me han dicho qué otra ruta me toca.

—Oh —dijo—. Pues... cuando vuelvas a salir con él, ¿podrías preguntarle si me puedo quedar con uno de los gatos?

Louis alzó una ceja.

—Yo le he dicho que no tiene que pedirle permiso. —Niall gesticuló con su tostada en la mano—. No es el dueño de ninguno.

Zayn se volvió hacia él.

—Es el dueño de Lily.

—Que va. Lily es del pueblo.

—Pero está en el pueblo porque Harry la salvó.

—Solo le abrió las puertas.

—Y mató al infectado que la perseguía.

—Desde la comodidad del muro.

—¿Qué más da desde dónde? La cuestion es que es él quien la cuida la mayor parte del tiempo, y quien le puso el nombre, y–

—No es por interrumpirte la racha de rebates —dijo Louis—, pero yo creo que antes de preguntarle a Harry, deberías preguntarle a tu padre si quiere tener un bicho en casa.

—Ya lo he hecho.

—¿Y te ha dicho que sí?

Niall soltó una risa.

—Le ha dicho que sí porque cree que el gato va a estar más tiempo fuera de casa que dentro.

Zayn chasqueó la lengua.

—Tú quédate con que me ha dicho que sí —masculló—. ¿Le vas a preguntar, entonces?

Louis se lo pensó.

—... Si me acuerdo le pregunto.




No le gustaba salir de caza.

Matar a un animal no era algo que le quitara el sueño, pero tampoco le resultaba agradable. Tenía comprobado que se disfrutaba mucho más de un plato de carne si no habías visto vivo al ciervo del que había salido; si no habías tenido que mirarle a los ojos y después mancharte las manos con su sangre.

Through the ValleyWhere stories live. Discover now