XXVII

9.5K 1.1K 621
                                    

Al parecer nadie en esta ciudad estaba teniendo una mañana normal, no se sabe lo que hay en el aire pero definitivamente todos estaban pasando por un mal momento y eso incluye a Hoseok.

— ¿¡Dónde diablos está!? — completamente alterado el peli negro buscaba con desesperación un pequeño objeto por todo su apartamento — ¡Voy a llegar tarde!

Debido a que estuvo despierto, literalmente, toda la noche realizando un trabajo importante para su clase de esa mañana Hoseok no había dormido absolutamente nada, sólo recordaba haber cerrado sus ojos cinco segundos y de repente ya era de mañana. Su alarma no sonó, más bien no la escuchó, y es por esa razón que el desespero tomó posesión de él ya que justamente ese día tenía una presentación que valía casi el 45% de su nota final de ese semestre, se despertó muy tarde y sólo tenía cinco minutos para llegar a tiempo pero por desgracia no encontraba el USB donde depositó horas y horas de vida y eso lo estaba enloqueciendo.

— Dios santo... Voy a llorar — susurró luego de ver el gran desastre que dejó en su alcoba.

No entendía cómo demonios había perdido ese jodido aparato, lo tenía en sus manos antes de caer dormido y justo cuando despertó ya no estaba, lo buscó por todas partes y no pudo encontrarlo. La resignación comenzaba a ser una opción por lo que su ánimo comenzó a caer en picada, se sentía cansado y creía que todo su esfuerzo fue tirado a la basura, no sabía si llorar o irse a dormir. Tras perderse un segundo en su propia mente su mirada viajó por toda la habitación sin esperar encontrar nada pero justo cuando estaba a punto de rendirse detrás de su escritorio, precisamente en el suelo, había un pequeño objeto de color azul que a duras penas se dejaba ver. Lo miró por unos segundos hasta que su mente reaccionó... ¡Ese era su jodido USB!

Sin pensarlo un segundo se arrojó al suelo y estiró su mano hasta alcanzar el objeto de sus pesadillas, casi lloró cuando lo tuvo en sus manos y pudo sentir cómo el alivio recorría sus venas. Por un momento se perdió en esa sensación de tranquilidad pero un repentino vibrar en su trasero le hizo espabilar, era su teléfono.

— ¿Hola? — contestó sin fijarse en el nombre de contacto

— ¿¡Dónde diablos estás!? — era Seokjin — ¡La clase comienza en tres minutos!

— ¡Maldición! — entrando en razón Hoseok se percató que perdió demasiado tiempo buscando ese pequeño trozo de mierda — ¿¡La profesora está allí!?

— Aún no llega, al parecer ella también se retrasó.

— Bien, bien voy para allá — rápidamente tomó su mochila y guardó sus libros — no dejes que nadie se siente en mi silla.

— No olvides la bata.

— ¿Qué? — detuvo su andar y volvió a colocar la mochila en su cama — ¿Cómo que la bata?

— Recuerda que es la presentación final de este semestre, estas exposiciones se hacen en bata de prácticas.

— Eso es una tremenda estupidez.

— Ya lo sé, solo apúrate que estás perdiendo tiempo.

— Maldita sea — casi gruñendo caminó hasta su armario y tomó la condenada bata — ¿Algo más para complacer a esa bruja?

— Hombre no te pongas así, solo es una bata.

— No he dormido una mierda, estoy llegando tarde, no he siquiera desayunado, perdí el USB y ahora mismo estoy hablando contigo — completamente enojado comenzó a meter a la fuerza ese trozo de tela blanco en su mochila ocasionando que, por el movimiento brusco, todo el contenido cayera al suelo — ¡Te juro por Dios que estoy a punto de arrojar todo a la basura!

No te mataré si me besas [Yoonseok +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora