Llevé mi índice a mis labios, haciendo una señal de que se callara.

―¿Qué ha sido eso? ―Preguntó mi hermano.

―La televisión, está encendida ―Mentí, por lo que Bruno alzó una ceja―. Me quedé con una amiga y me he despertado un poco tarde, así que no te preocupes por mí. Volveré a casa pronto, voy en camino, ¿de acuerdo?

―De acuerdo, con cuidado ―Dijo antes de colgar. Bajé el teléfono y solté un suspiro.

―¿Así que ahora soy la televisión? ―Inquirió―. Que interesante...

Puse los ojos en blanco y dejé mi celular en la mesita de noche.

―¿Qué querías que dijera? ―Cuestioné―. "Ah, Tommy. Lamento no llegar a dormir, estaba muy ocupada teniendo sexo con el hombre al que le firmé un contrato y ahora soy su muñeca inflable". ¿Mejor?

―Lara... ―Advirtió.

Aplané los labios.

―Entiendo, la ironía y tú no se llevan bien cuando es alguien más el que la utiliza ―Chasqueé con la lengua―. Me queda claro.

Me incliné para tomar mi ropa del suelo y al momento de ponerme de pie, otro mareo me hizo recargarme contra la cama, esperando a que pasara. Tragué saliva y cerré los ojos con fuerza, mientras tomaba un par de respiraciones sentí a Bruno acercarse y llevar sus manos a mi rostro.

―¿Qué ocurre? ―Me hizo enfocarlo, su entrecejo estaba fruncido. Parece un poco preocupado―. ¿Te sientes mal?

Llevé mis manos a las suyas para alejarlo y poner distancia.

No lo quiero cerca.

―Estoy bien, solo estoy cansada ―Mascullé―. No finjas preocupación cuando está claro que no te importa lo que pase conmigo.

Antes de que contestara algo más, me encaminé al baño y de nuevo me encerré en él pero esta vez para colocarme mi ropa. Me vestí rápidamente y traté de aplacar mi cabello con mis dedos, cuando estuve lista salí.

Bruno aún se encontraba en la cama, la sábana cubre sus caderas y deja su torso al descubierto. Sus manos están cruzadas detrás de su nuca y sus ojos fijos en mí, sigue cada uno de mis movimientos.

―Me voy, mi hermano está esperándome en casa. Supongo que no tendrás problemas con eso, ¿no? ―Inquirí, con una ceja enarcada.

Soltó un suspiro exhausto.

―No, no tengo problemas con eso. Puedes irte.

Asentí y tomé mi celular.

―Adiós ―Me despedí.

Caminé a la puerta de la habitación y abrí, pretendiendo salir.

―Lara ―Me llamó, por lo que giré de nuevo para mirarlo.

―¿Sí? ―Musité.

Me evaluó con atención antes de hablar.

―Aunque no lo creas, me preocupo por ti, mia bella  ―Soltó, muy seguro de sus palabras―. Demasiado.

Seduciendo a tus demonios © [Destructiva Obsesión #1] ✔✔ EN FÍSICOWhere stories live. Discover now