Desert Rose (YM)

03

Los números y letras plasmados en las hojas de papel que sostenía en sus manos a veces se volvían borrosos, sus ojos batallaban para cerrarse pero Yoongi simplemente seguía porque quería terminar de corroborar que todo estuviera correcto para poder irse a su casa.

Trabajar para una empresa proveedora de materia prima que tenía convenio con la empresa de exportación del éste de Sudán, requería de su completa concentración durante toda la jornada laboral. Y siendo un cambia formas con instintos de león, su trabajo se volvía completamente duro por las tardes, cuando su energía bajaba y su animal interior solo pedía dormir.

Es por eso que durante la mañana permanecía completamente enfocado en hacer un buen, y a la vez, rápido trabajo. Llegar puntual y trabajar sin descanso, ni siquiera para almorzar decentemente, era parte de su rutina desde que llegó a ese lugar.

Los ascensos fueron casi inmediatos, pues su gran eficiencia era requerida en los puestos más altos. Los demás pensarían que lo ascendieron gracias a las influencias de su padre, el alcalde. Sin embargo, la realidad era otra, Yoongi estaba en los más altos puestos por su propio mérito y perfeccionismo a la hora de hacer las cosas.

La tierra estaría lista en un par de días, por lo que ayer, sus compañeros de trabajo que habían sido encargados de hacer las entrevistas, le habían entregado los nombres de las personas que fueron aceptadas para el trabajo de siembra. Después de un par de minutos de revisión y lectura rápida, dejó los papeles en el escritorio y refregó sus ojos con tal de disipar su cansancio, los contratos estaban listos.

Yoongi dejó los contratos ordenados en una carpeta. Sacó todo lo que alguna vez fue su almuerzo, botó los envoltorios en el bote de basura, limpió su escritorio hasta dejarlo impecable, barrió la suciedad del piso y dejó algunos de los documentos, con los que estaba trabajando antes, en el estante de su oficina que mantenía meticulosamente ordenada por fechas. Cuando sintió que todo estaba en su lugar miró el reloj de pared el cual marcaba las tres de la tarde.

Había terminado todo el trabajo temprano, como siempre. Así lo prefería y como hacía un excelente trabajo y las cosas habían mejorado considerablemente desde que él era uno de los que estaba a cargo, nunca tuvo problemas para salir antes que los demás. Mientras todo siguiera en orden, sus superiores no veían por qué darle limitaciones.

El único que parecía tener problemas era su padre. Pero su padre parecía tener problemas con todo lo que hacía.

Salió de su oficina y caminó hasta la de su jefe, tocó la puerta y entró al escuchar un "adelante" desde adentro.

—¿Todo bien muchacho? —preguntó su jefe al verlo.

—Sí señor, aquí está todo listo.

—Muy bien, déjamelos aquí por favor —el jefe de Yoongi apuntó un lugar en su escritorio.

—Pido permiso para retirarme —dijo Yoongi mientras dejaba la carpeta con los contratos en el lugar que le fue señalado.

—Puedes irte chico, a estas alturas ya sabes que no tienes que pedirlo —dijo su jefe.