50 Sombras De Avón

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Gladys Anastásia tenía cuarenta años; vivía en un barrio, tenía dos hijos y era madre soltera, mantenía a sus pequeños vendiendo productos avón por encargo, el dinero no le daba para tanto, solo lo necesario para comer y sobraba un poco para cualquier cosa que necesitara ella o su familia, pero estaba pasando por una crisis, debido a que su proveedor de productos no le llevaba lo suficiente para responder a todos los pedidos que le hacían, anteriormente le llevaba coloretes, cremas, polvos, bases, sombras, etcétera. Pero últimamente solo le proveían de quince a veinte productos, y eso es poco. Así que decidió ir a la empresa principal a buscar ella misma los productos para vender.

Se levanta temprano por la mañana y va a esperar un autobús, sale a la carretera y pasan treinta minutos antes de que tomase el transporte hacia el terminal de pasajeros dónde tenía que tomar otro autobús para ir a la ciudad en donde estaba la empresa.

Llegó al terminal de pasajeros, desayunó en un kiosco y se montó en el autobús, llegó a su destino una hora y media después, y tomó otro autobús más para llegar a la empresa.

Cuando llegó a las puertas de esta empresa se quedó con la boca abierta, jamás había visto algo tan lujoso (pues vivía en un barrio). Este está una edificio muy alto, lleno de ventanales, las paredes eran vidrios completos, su apariencia era futurista, la puerta principal era enorme, Gladys Anastásia caminó rápidamente e ingresó, había una sala enorme con un mostrador de piedra y en el una chica rubia que parecía una modelo suiza y al parecer era secretaría. Gladys Anastásia caminó hacia el mostrador y mientras se hacercaba la rubia le dirigió la mirada y sonrrió y cuando ya estaba más cerca le dijo:  

-Hola, dime tu nombre

-Soy Gladys Anastásia-Respondió mientras la rubia lo escribía en una libreta- Vengo para llevar  productos Avón para mi negocio.

La rubia le indicó que fuera hasta el piso cinco y pidiera lo que necesitaba llevar para vender. Gladys Anastásia tomó el,ascensor y en el había otra rubia que parecía modelo que le pidió que le indicara a que piso quería ir, Gladys Anastásia le indicó a donde, y la rubia obedeció. Al llegar al piso que le indicó la rubia número uno, era precioso, había otra sala enorme y en un mostrador otra rubia con las mismas características que las dos anteriores, Gladys Anastásia pensó que eran políticas de la empresa, así que ya no se sorprendía, Gladys Anastásia se acercó al mostrador y habló con la rubia número tres la cual le pidió sus datos personales y le preguntó si la mujer del primer piso le había ofrecido algo de beber y Gladys Anastásia contestó que no. La rubia número tres parecio disgustarse por la respuesta y llamó una chica, también rubia (¡Que sorpresa!-sarcasmo) a que le trajiéra algo para que Gladys Anastásia tomara, la rubia nueva, osea la número cuatro corrió a llevárselo, y en ese inatante llega el dueño de la empresa es decir el dueño de Avón. El va a el mostrador en donde estaba Gladys Anastasia y hablo con la joven rubia, luego volteó y hablo con Gladys.

-Hola, mi nombre es Christian Grey, el dueño de Avón.

-Hola, es un placer conocerlo, mi nombre es Gladys Anastásia.- Contesta ella.

-Oh, Gladys Anastásia, es un nombre hermoso.- Hablaron un largo rato, Gladys Anastásia le contó su citación y que necesita dinero y Christian Grey le propuso un reto, y este consistía en que el le iba a obsequiar las nuevas cincuenta sobras para los párpados y si ella los lograba vender todos el mismo día le iba a dar un cheque con un monto millonario que no iba a conocer hasta que lo lo tuviera en sus manos.

Gladys Anastásia aceptó el reto y apenas tuvo las cincuenta sombras en sus manos salió corriendo a ofrecer para venderlas.

Vendió la mitad como si fuera pan caliente, y otras las diez con facilidad, ya las otras diez fue algo más complicado y al final, ya solo le quedaban cinco, pero no sabía a quien más ofrecerlas, así que volvió a la empresa y se las vendió a las rubias y fue a la oficina del dueño de la empresa a notificarle que ya las había vendido y que le entregara su cheque, pero la rubia número tres le dijo que el señor Grey ya no estaba y que volviera el día siguiente. Gladys Anastásia aceptó y fue a su casa y llego en la noche.

Cuando llegó estaba la policía, la madre de Gladys con sus hijos y el señor Grey. La policía dijo:

-Queda usted detenida por fraude, daño a la integridad física de las personas.

-¿Pero por qué, yo que hice?- Pregunta Gladys Anastásia.

-Usted vendió un producto que supuestamente era de Avón y no lo era, era un producto completamente pirata, y causo una erupción alergica a las personas que lo utilizaron. Así que tiene que acompañarnos.

Gladys Anastásia dio su versión de la historia pero nadie le creyó, era su palabra contra la de Christian Grey y tuvo que pagar con prisión un delito que no cometió, o sí lo cometió, pero sin saberlo, pues fue una trampa.

¿Con que fin hizo esto el señor Grey? No lo se, pero le tendió una trampa y ella cayó redondita.

Jurados, espero que les guste:

"Cuéntame una trolleada"

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50 sombras de AvónWhere stories live. Discover now