01: Okänd

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[21 Agosto 2021]

Me dolía la cabeza de una manera punzante, un ligeros zumbido en mis oídos que solo acentuaba la sensación de que todo me daba vueltas incluso teniendo los párpados cerrados.

¿Había bebido lo suficiente para justificar este malestar?

Es cierto que no acostumbraba a beber alcohol, o a considerar siquiera la idea de hacerlo, pero dudaba que dos cervezas me hicieran sentir como si hubiera bebido hasta perder cualquier rastro de conciencia. Respiré profundamente mientras trataba de recordar lo que había pasado la noche anterior.

Tenía pequeños flashes de estar con Amaia mientras ella gritaba divertida cosas incomprensibles a cada persona que se le cruzaba, de unos chicos que se habían presentado como los amigos de Austin con los que había hablado durante un rato pero que no recordaba bien de que habíamos hablado durante tanto tiempo, a Austin sacarme del salón de la mano mientras me decía algo aunque no lucía muy feliz al respecto y lo último que podía recordar era tomar un trago pequeño de alguna clase de alcohol que pedí en la barra.

Luego no había nada. Solo oscuridad.

Quise desaparecer de inmediato porque sabía que en el momento en que amaneciera, mamá entraría furiosa a la habitación a pedirme una cantidad inimaginable de explicaciones que no sabría cómo dárselas porque ni siquiera recordaba cómo había llegado a casa.

¿Cómo me permití hacer algo como eso?

No porque fuera algún pecado de otro mundo beber alcohol como un adolescente normal, es solo que... no recordaba nada y eso era mucho peor que recordarlo. Fue entonces que un miedo abrasador me recorrió el cuerpo entero, me sentí paralizada, aterrada de que en algún punto me hubieran hecho algo..., algo que no pudiera recordar y que...

Sacudí la cabeza y tuve toda la intención de frotarme la cara con fuerza para ir a buscar a mamá dispuesta a explicarle lo poco que recordaba. Al menos hasta que el cuerpo se me paralizó por completo.

Dios, por favor, esto no puede ser cierto.

En ese momento mi miedo a lo que pudiera hacer mamá se transformó en puro terror, abrasador, al notar que tenía las manos esposadas, sujetas de algo que no sabía hasta dónde llegaba ni de dónde salía. El corazón me latió con fuerza en los oídos.

No. No. No. Esto no podía estar pasando. No podía ser real. ¿Y si él...?

Tiré de mis manos con fuerza, el metal de las esposas se me clavó en las manos pero eso no pudo importarme menos. El corazón me latía con fuerza en los oídos y sentía que el aire se escapaba de mis pulmones. Me levanté a tientas del colchón donde estaba, en la profunda oscuridad de la habitación, y casi me caí sobre mi cara cuando me di cuenta de que estaba sobre una enorme cama donde me habían retenido.

—¡Ayuda!—grité pero no obtuve respuesta—, ¡Alguien por favor ayúdeme!

Seguí tirando de las esposas con fuerza, buscando liberarme de una cadena que parecía no ceder. No importó cuanto tire del metal, cuanto grite y llore, o cuanto supliqué ayuda porque nadie atendió a mi llamado. Nadie vino por mí.

Las piernas me cedieron y caí al suelo.

Toda la oscuridad me daba vueltas, me consumía, mientras que mi corazón latía con tanta fuerza que parecía querer salir de mi pecho, los oídos me zumbaban con más fuerza y me sentí paralizada al mismo tiempo que mi cuerpo temblaba con violencia. No había aire suficiente en la habitación para apaciguar el fuego que me incendiaba los pulmones.

Cerré los párpados para no verlo, para no ver nada cuando llegara. Para cuando volviera con su sonrisa torcida a mentirme a la cara. Cuando volviera por fin a destruir lo poco que quedaba de mí.

JAQUE: El Perverso Juego del Rey [+21]Where stories live. Discover now