Parte única

665 106 18
                                    

••••

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

••••

Recuerdo perfectamente nuestro primer encuentro. Fue el primer día del club de voleibol en Kitagawa Daiichi.

Yo iba de camino al gimnasio cuando te me acercaste y me preguntaste mi nombre.

—Hola, me llamo Kindaichi Yuutarou, soy de primer año. ¿Cuál es tu nombre? —me preguntaste con aquella agradable sonrisa en tu rostro. Aunque en el fondo se notara tu nerviosismo.

—Kageyama Tobio, también soy de primer año. —te respondí algo tímido.

—¿Sabes dónde queda el gimnasio para el equipo de voleibol?

Recuerdo haberme animado al escucharte preguntar por algo relacionado con el voleibol.

—¡Sí! Iba hacia allí ahora mismo, puedes venir conmigo, si quieres.

—¡Oh, genial! ¿En qué posición juegas?

—Soy armador.

—¡Yo rematador! —me dijiste algo más emocionado que al principio de la conversación.

[...]

Y entonces los dos fuimos juntos hacia al gimnasio. Tú eras el que habló la mayor parte del tiempo y yo simplemente me dediqué a escuchar, pero no me importó.
De todas maneras no suelo hablar mucho.

Y fue al final de la práctica que me preguntaste si quería ser amigo tuyo.

Hey, ¿quieres ser mi amigo?

Y yo dije que sí; porque finalmente podría tener algún amigo de mi edad.
Ese hecho me alegró, ya que nunca antes había tenido a alguien de mi edad a quién considerar mi amigo, teniendo en cuenta mis pobres dotes de comunicación.

Está bien.

Y fue a partir de ahí que empezamos a charlar cada vez más y a quedar de vez en cuando, como buenos amigos.
También fue semanas después cuando finalmente presentaste a Kunimi.

Me pareció agradable, ya que él tampoco hablaba demasiado, al igual que yo.

Y fue en ese momento, sin yo darme cuenta, que lo que en un inicio era dúo, se transformó en un trío. No me importó de todas maneras.

Y el tiempo siguió pasando. Y tú empezaste a reírte de mis adorables intentos, según tú, de que Oikawa me enseñara su servicio.

Y con el tiempo me enseñaste a reírme de algunas cosas y a disfrutar de algo más que el voleibol.

Todo fue demasiado bueno en esos tiempos.

[...]

—Hey, ¿mañana podéis quedar para ver una película? —preguntaste un jueves después de clase.

Kunimi se encogió de hombros, pero no se negó.

—Yo... sí, supongo. —respondí rascándome la nuca. Nunca nadie antes me había dicho de ir al cine, sin contar a mi abuelo, claro está.

Prometiste quedarte [KinKage] - HAIKYUUWhere stories live. Discover now