Criminal [Changlix]

IX

Toda la historia será narrada por la escritora.

Las citas se volvieron frecuentes, el amor crecía de repente. Ninguno sabio de la verdadera persona de la que estaban enamorados.

ChangBin había llegado a la casa del pelirrubio en una motocicleta, bajó y se llevó el casco con él, tocó y el pecoso le abrió segundos después. "Oh", sonrió abrazándolo.

"¿Qué hacías?", pregunta dejando el casco en un estante para después estar con las manos en sus bolsillos al ver que el pecoso estaba en bata, una muy corta.

"Estaba por tomar un baño, recién llego del trabajo", comenta quitándose la pinza de cabello que lo sostenía inútilmente pero ayudaba en algo.

"Ya veo", sonrió levantando sólo una comisura de su labio. "Te ves bien en esos shorts", dice y el pecoso se voltea mirándolo coqueto.

"¿De verdad?", caminó hasta él aferrándose a sus anchos hombros para subir sólo una pierna a su cintura que tardó en ser tomada.

"Si", le sonrió.

"¿Qué tan cierto?", pregunta acercándose a ChangBin.

"Demasiado cierto que", hizo una pausa haciendo de las suyas.

"¡Ah!", gimió estremeciendo su cuerpo al sentir los dedos del mafioso moverse al rededor de la tela de sus shorts que cubrían a su pequeña entrada.

"Podría hacerte mío ya mismo", admitió y el menor sonrió antes de lanzarse a sus labios siendo cargado por una mano casi al instante mientras caminaban lentamente hasta la bañera en dónde ya se estaba llenando. ChangBin pudo cumplirle una enorme fantasía al pecosito.

También los días de sexo habían empezado, pero eso rápidamente cambió a "hacer el amor" cada día se conocían mucho más y cuando no se podían ver entonces chateaban.

"Vayan, vayan tras él", ordena molesto mientras bufa mirando a sus empleados.

"A sus órdenes, jefe", en una camioneta cuatro de los hombres se fueron y en la otra ChangBin, Chan y HyunJin. MinHo estaba muy "enfermo" y debido a eso se quedaba en casa diciéndoles información muy importante por un audífono.

Cuando lo miró cerca recargó su arma y disparó sin piedad al auto que estaba llevándose el dinero de ChangBin. Miró los neumáticos y disparó haciendo que el auto se descontrole. Dió vuelta chocando con un enorme árbol matando al hombre casi al instante, ChangBin salió del auto y fue a la cajuela ajena sacando sus tres enormes sacos de dinero. "Estúpido traicionero", murmuró y entró al auto volviendo a casa.

Pecas.
Hoy no podré, me llegó una gran cantidad de trabajo.

ChangBin.
No te preocupes, amor, también me ha surgido algo. ¡Suerte, te amo!

Pecas.
Suerte también, te amo.

Sonrió apagando su teléfono y entonces JiSung entró corriendo a toda velocidad. "Sucedió algo", anunció asustando a Felix.

"¿Qué?", dejó su móvil a un lado mientras lo miraba preocupado.

"Hubo un accidente, uno grave", dice entregándole la carpeta que tenía el expediente, Felix la tomó y leyó mientras escuchaba a su exaltado amigo por haber visto al muerto.

"JiSung, necesito que te calmes", pidió dejando la carpeta de lado debido a su exaltado amigo. "Ven siéntate", se levantó yendo a él para sentarlo.

"Es que, su sangre escurría por su rostro ¡Su rostro estaba hecho pedazos! No", se detuvo tocando su pecho. Felix se preocupó aún más y fue al estante para tomar un calmante y disolverlo en un té.

"Tranquilo, ya pasó", tranquilizó mirando a su amigo beber del té mientras temblaba. Estaba por llamar a un médico pero en cuanto miró que dejó de temblar se sentó a su lado para hablar claramente. "Sabes que esas misiones no te convienen, mucho menos si no estoy yo", Han dejó la taza de lado.

"Quise saber que tan fuerte puedo ser, pero, no lo soy ni siquiera un poco", sorbió su nariz.

"No digas eso, ser fuerte no sólo implica en eso y ya lo sabes", advierte poniendo una de sus manitas en el muslo de JiSung.

"Pero-"

"Pero te vas a tomar un descanso ahora, despeja tu mente y si es posible y necesario, ve a terapia", animó con una sonrisa bonita.

"Gracias, Felix", sonrió también intentando ponerse de pie para irse, el pecoso volvió a leer el expediente.

Se levantó y unió teorías con su cartelera. "Estoy seguro de que él tiene algo que ver aquí", dice con una mano en la cintura. "¿Quién eres? ¿Por qué no te muestras?", pregunta mirando todo lo que esa persona ha causado. "¿Te vengas?", pregunta. "¿Y si eso es?", dejó la carpeta de la para suspirar.

"¿Todo en orden?", entró un hombre que traía dos tazas de café, Felix se volteó y sonrió mirando a su compañero de trabajo.

"Hola, Jin", el hombre llegó hasta la mesa y entregó la segunda taza a Felix con una sonrisa.

"¿Estás bien? Hoy te noto bastante estresado", se sentó.

"Si, algo", admite.

"Relájate, toma las cosas con calma, como siempre lo has hecho", habló con su característica voz tranquilizante. "Sé que es muy duro, lo sé", dice. "Lo mejor será calmarnos", sonrió.

"Si", bebió del café. "JiSung estaba como loco, él se fue en la misión", mostró la carpeta y Jin la tomó leyendo. "Y, bueno, temía que se traumara porque de verdad que lo afectó", el mayor dejó de leer la carpeta al terminar.

"Me imagino", suspira. "¿Algo de Chan?", Felix negó.

"Nada"

Se oyeron unos pasos y después el golpe a la puerta que se abrió. "Hola, Felix, perdona ¿Aquí está Jin?", pregunta y sonríe al ver a su esposo.

"¿Ya nos vamos?", pregunta con su bolso en la piernas.

"Si", dice y el pelinegro asintió levantándose para despedirse del pelirrubio.

"Nos vemos", sonríe.

"Adiós, cuídense", la pareja sale y dejan de nuevo al rubio que de verdad tenía teorías para nada confirmadas. "Hm", se recargó en su asiento quedándose completamente dormido.

Estaba cansado de no encontrar más pistas que dieran a ese criminal, estaba agotado de gastar todas sus energías en él. Estaba tan lejos pero tan cerca a la vez ¿Qué le faltaba? ¿Por qué no podía tenerlo tras las rejas? Sin conocerlo sabe que lo odia, odia ese criminal.