Capítulo 7: Paseo en el bosque

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-Menos mal que casi nadie sabe que Rolf es gay-dijo Harry con una sonrisa. Theo necesitaba cualquier empujón.

-Y seguirá siendo un secreto hasta que Theo hable con Luna-sentenció Draco, siendo apoyado por sus amigos con un firme asentamiento de cabeza.

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No entendía porque sus amigos lo fastidiaban tanto con el tema, no es que ellos no estuvieran en un situación parecida. Draco enamorado sin querer admitirlo y Harry enamorado en secreto sin hacer nada. Theo por lo menos velaba por su seguridad, o por lo menos esa era la excusa que tenía para seguir a Luna todos los días en su paseo de la tarde en el Bosque Prohibido. La observaba de lejos como caminaba mirando los árboles, silbando o tarareando alguna canción, pero lo que le encantaba ver era su sonrisa cuando estaba acariciando o cuidando de una criatura, muchos Thestrals se le acercan en busca de alguna golosina o de alguna acaricia, pasaba la mayor tiempo en el bosque con ellos, mimándolos y jugando con los más pequeños. Podía observarla por minutos sin cansarse.

Un fuerte grito lo sacó de sus pensamientos, un grito que le helo la sangre al identificar a quien pertenecía. Sacó su varita, sin siquiera pensarlo, y corrió hacia donde provenía el grito, incluso perdió su bufanda en la carrera.

- ¡Luna! -gritó al no encontrarla. - ¡Luna! ¿¡Donde estas, Luna!? -la sangre le corría a gran velocidad buscándola, pidiéndole a quien sea que lo pudiera oír que Lovegood estuviera a salvo. - ¡Luna!

- ¿¡Qué!?-le gritaron detrás suyo. Se volteo encontrándose con Luna vestida con la capa de su uniforme junto con un gorro de lana de muchos colores y la bufanda de Ravenclaw. Tenía las mejillas sonrosadas por la brisa fría que había para ser inicios de diciembre, sus ojos celestes brillaban reflejando diversión.

- ¿Fingiste ese grito? -preguntó consternado.

-Vigilar a una persona a lo lejos se puede considerar acoso, ¿lo sabias, Theodore? -dijo ignorando la pregunta mirando fijamente a Nott, quien se sonrojo al verse descubierto.

- ¿Estas molesta? -preguntó entre el nerviosismo y la histeria. Luna negó con la cabeza y engancho su brazo con el de él comenzando a caminar.

-No me molesta, Theodore, sin embargo hubiera preferido que me hubieras acompañado en estos paseos-con esas palabras Theo sintió Abraxanes en pleno vuelo en su estomago

-No pensé que quisieras mi compañía-confesó apenado.

-Estuve 10 meses hablando contigo sin recibir respuesta, creo que poder compartir un paseo y conversar es un mínimo pago, Theodore Nott.

- ¿Qué puedo hacer para pagar mi ofensa, lady Lovegood? -sus palabras provocaron la risa de la rubia.

-Que dejes de acosarme, lord Nott, y que seas mi acompañante de paseo.

-Sera todo un placer-los dos compartieron una sonrisa.

Con cada paso que daban la conversación de ambos se volvía cada vez más fluida, aunque quien dirigía la conversación era Luna, quien hablaba de sus animales favoritos y otras cosas que Theo no entendía del todo sin embargo nunca la interrumpía debido a que le fascinaba verla tan emocionada que sus ojos celestes brillaban. Theo jamás se imaginó sentirse flechado por Luna Lovegood, siempre la encontró muy extraña por lo que nunca se fijaba en ella ni cuando sus amigos la molestaban, sinceramente ella le era totalmente indiferente hasta que vio como Bellatrix la torturaba. No tenía ni idea que habían capturado a la loca amiga de Potter, por lo cual se llevó una gran sorpresa al ver como Bellatrix se divertía a costa del sufrimiento de la muchacha, quien a pesar de que gritaba hasta que sus cuerdas vocales no daban más y que lloraba jamás dijo nada que pudiera comprometer a sus amigos, una parte de Theo quedo prendado de la determinación y la valentía que mostraba la rubia en aquel momento. Después no supo nada más de Lovegood hasta que al salir del coma fue la primera persona que vio. Recordaba que era de noche, ya que la habitación estaba iluminada por la lampara, sentía una leve jaqueca que le dificulto enfocarse en su entorno hasta que sintió que algo lo tenía agarrado de la mano, bajando la mirada se encontró con Luna profundamente dormida tomada de su mano. En ese momento pensó que seguía durmiendo y que se encontraba en un muy extraño sueño hasta que producto de su propio movimiento despertó a la rubia, quien le mostro unos soñolientos ojos celestes descubriendo que poseía unas largas y tupidas pestañas rubias, ella al descubrir que había despertado se levantó de golpe y corrió hacia el pasillo llamando a un sanador. Después de eso vio algunas veces a Luna cuando lo iba a cuidar en sus funciones de voluntaria del hospital, sin embargo nunca intercambiaron palabras, estas se le atoraban en la garganta a Theo antes de que pudieran salir de su boca, y nada de esto cambio durante su estadía en San Mungo.

- ¿Por qué me cuidaste mientras estaba en coma? -fue la pregunta que salió de la boca de Theo cuando se detuvieron frente una manada de Thestrals. Veía como Luna los acariciaba mientras el mantenía la distancia.

- ¿Sabes porque puedo verlos? -preguntó Luna confundiendo al Slytherin. Este negó. -Mi madre era una mujer sumamente inteligente y le gustaba crear nuevas pociones, sobre todo pociones que sirvieran para ayudar a los demás. Un día me escondí en su laboratorio, siempre me gusto los aromas que habían ahí, estaba oculta debajo del escritorio que estaba al frente de la mesa de ébano que usaba para sus experimentos-la voz de Luna era suave sumergida en sus pensamientos, mientras acariciaba a un Thestral. -Cuando ella trabajaba y se movía por el laboratorio era como si danzara, era como si estuviera en su hábitat. De pronto ella unió unos ingredientes y todo exploto. Recuerdo verla caer con su cabello rubio algo quemado, entre el humo me acerqué como pude y la llamaba, pero ella no me contestaba. Tenía los ojos cerrados, el rostro manchado con un polvo amarillo y le salía sangre por la boca. Yo la seguía moviendo, esperando que despertara, creo que lo intente por unos 5 minutos hasta que llegó mi padre. Entendí que mi mamá no se iba a despertar cuando vi a mi papá caer de rodillas gritando. A los meses después, me salí de la casa cuando papá trabajaba, caminé hasta llegar a un bosque que tenía un hermoso claro, ahí fue la primera vez que vi un Thestral y se volvió mi amigo cuando más sola me sentía.

Theo no sabia que decir al respecto, jamás pensó que Luna le llegaría a contar algo tan íntimo. Espero en silencio a que siguiera.

-Recuerdo que llegaste al hospital cuando ya habíamos terminado de traer a los heridos-siguió Luna luego de unos minutos. -Te traía Kingsley junto con un auror, estabas inconsciente y con múltiples heridas, por un minuto pensé que estabas muerto. Todos las enfermeras corrían de un lado para otro, pero como eras Mortifago nadie te atendía y el auror estaba muy tentado de dejarte en un rincón para que murieras. Nunca me he podido explicar que me paso que sin darme cuenta llame a Kingsley y los lleve a una habitación vacía. Una sanadora te atendió a regañadientes. Recuerdo preguntarle a Kingsley que había pasado y me conto lo de tu padre, así enseguida pregunte por tus amigos me respondieron que estaban todos bajo arresto. Tú estabas solo cuando más necesitabas apoyo-los ojos celestes de Luna lo miraban fijamente aun así no pudo interpretar que era aquello que reflejaban. -Al verte así era como verme a mí después de la muerte de mi mamá y decidí que mientras estuviera en mis manos no te dejaría solo.

Theo no sabía que decir, ¿Qué podía decir ante semejantes palabras? ¿Gracias? Esa palabra ni siquiera alcanzaba a abarcar una parte de lo que sentía por Luna en ese momento. Una sonrisa se le dibujo en el rostro y negó con la cabeza viendo que Luna tenia un lugar de suma importancia en su vida, en su corazón. Así Theodore Nott, único heredero de la ancestral y sangre pura familia Nott, se prometió que haría todo lo posible para que Luna Lovegood se convierta en Luna Nott.

Camino hacia un futuro mágico inesperadoOnde histórias criam vida. Descubra agora