Asentí. No me había parado a pensar cómo se sentía Liam sobre esto. Quiero decir, esto esta jodido para los dos. Me senté al lado de él, y me concentré en mirar al cielo.

—¿Y que vamos a hacer?

—No lo sé. No tengo ni puta idea.





No he dormido nada.  Me pasado dándole vueltas a todo esto toda la noche, y he llegado a la conclusión que no tengo no se que hacer, y de que la vida no de cansa de joderme.

Y para mejorar as cosas, hoy no ha parado de llover, y está haciendo un viento de mierda. Por mi me quedaría aquí, en la cama todo el día, de por si no tengo ganar de ver a nadie. Anoche, entre por las escaleras de afuera, directamente a mi habitación, porque soy una cobarde que no quiere afrontar sus problemas. Y ese era mi plan para hoy, quedarme aquí encerrada, escondida de los demás, hasta que me acorde que me tocaba ir al supermercado otra vez, ya que el otro día que fuimos, se nos olvido comprar compresas, y sin mis calculo no están mal me tiene que bajar la regla esta semana, y ni modo pedirle a uno de los chicos que vayan a comprar, eso sería un "insulto" hacia su masculinidad toxica.

Odio a los hombres.

Pateé las sabanas de encima mío y casi corrí al baño, casi me congelo del frio. Puede que lo ventanales fueran bonitos, pero el frio que se entraba por las ventanas es criminal.

No tarde mucho en prepararme, me puse ropa cómoda, y zapatillas, hoy no tengo ganas ni de ponerme tacones.  Después de prepararme mentalmente para salir de mi cueva, me armé de valor y abrí la puerta de golpe. Ya no hay vuelta atrás.

Soy una exagerada, lo sé. Pero si no hay drama, no hay vida. 

Mi plan era fácil, coger algo rápido de desayuno, y salir pitando de esta casa, todo esto sin encontrarme con nadie. Se que tengo que hablar con las chicas, pero no sé si ahora sea capaz sin que tenga un colapso mental.

Intente hacer el menor ruido posible al bajar las escaleras para no despertar a nadie. El salón estaba vacío, las cuales eran buenas noticias, todo iban bien de momento.

Claro que no duro mucho, porque en cuento entre a la cocina, me encontré con 3 pares de ojos.

Creo que hemos establecido que a la vida le encanta joderme de cualquier manera posible.

Si es que so una desgraciada. Ya lo tengo asumido.

—Buenos días— dije incomoda. Anya me sonrió. Pase por al lado de Liam quien estaba sentado en el mesón comiendo cereales como todas las semanas.

Cogí una manzana y sin mirar a nadie mas intenté salir de allí. El ambiente se estaba volviendo demasiado pesado para mi gusto.

—¿Dónde vas?

Suspire.

—A comprar unas cosas que me hacen falta, no me tardo.

Mentirosa. Claro que iba a tardar, me toca cruzar un jodido bosque para llegar.

Mijail, quien no había dicho nada hasta el momento se para como si de un resorte se tratara:

—Te acompaño.

Ni me moleste en objetar, se que por mucho que me quiera, iba a venir.

—Yo también voy—el idiota de los cereales los dejo a medo terminar en el mesón, y se acercó a nosotros.

—Darme un minuto ya vengo.

Ahora si intente quejarme, pero pasó de mi, y subió as escaleras de dos en dos.

IVÁNOV Where stories live. Discover now