Capítulo 4

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Dos años antes...

Clarke había dejado la clínica unos días después de la visita de Costia. Luego se comunicó con Raven Reyes, anunciándole que renunciaba, decidiendo regresar a Vancouver, ya que Nueva York no era de momento una ciudad que le simpatizara.

A Raven le había tenido que mentir, para no tener que involucrarla en todo el complicado caso. Uso la historia de que habían entrado unos ladrones a su departamento y que había tenido mucha suerte de que no la mataran. Fue la historia que acordó con Lorraine, Anya y Lexa, para decirle a los oficiales de policía que se presentaron en el hospital, para tomarle declaración acerca del ataque sufrido en su hogar.

Tras hacer sus maletas, volvió a la ciudad natal. Allí evitó encontrarse con su madre de inmediato, para que no la viera aun con secuelas de sus heridas en su rostro, además de tener que moverse con cuidado por la fractura de su costilla.

Se comunicó con su ex novio, Finn Collins, para anunciarle de su regreso a Vancouver, y el favor de poder alojarse en su casa por un tiempo, ya que ella siempre había rentado su departamento y ahora estaba ocupado por otra persona. Obviamente a Finn le dijo la misma mentira que a la policía newyorkina y a Raven. De otra manera sabía bien que su ex iba a confrontarla con todo, y no estaba para escuchar discursos, o los "te lo dije", realmente. Antes de dar de baja su número de teléfono, el que había usado solo mientras había estado en los Estados Unidos, le envió un mensaje de pésame a Octavia, anunciándole que se regresaba a Canadá y que le deseaba lo mejor en su vida y carrera.

Clarke ni siquiera espero a que Octavia contestara, simplemente desactivó ese número de teléfono, retornando al original suyo, el que siempre había usado en Canadá, y con el que se comunicaba con sus pocos conocidos y su madre.

Tras quedarse unos días con Finn en su departamento para recuperarse de sus heridas, volvió a desepedirse de él. Luego de ver a su madre en un almuerzo, le comunicó que se iría a vivir por un tiempo a las montañas. Ya había comenzado la construcción de una cabaña cerca del mismo lugar donde habían matado a su padre. Por primera vez Clarke decidió hacer uso del dinero del seguro de vida de su padre, que había quedado todo a su nombre y era una cuantiosa suma, que ella siempre se había rehusado a usar.

Clarke se puso en contacto con su viejo amigo Wells Jaha, quien había reemplazado a su padre en el trabajo de guarda bosques, en el area donde ella viviría, ya que le interesaba trabajar en la misma profesión. Ya que el dinero que su padre le había dejado solo lo usaría para construir esa cabaña, los artefactos que necesitaría, los muebles.

Su amigo Wells, estuvo más que feliz de que decidiera unirse a su grupo de cuidadores de la naturaleza. Le informó de la carrera que debía realizar de nueve meses, y luego estaría en condiciones de trabajar como él de guarda bosques o parques. Ya que el área donde Clarke se había mudado era un parque protegido por el estado, asi como un área de reserva animal.

Clarke había tenido que mover varios contactos para lograr que le dieran el permiso de construirse una cabaña en el lugar. En su caso la había ayudado bastante el hecho de que estaba ya cursando la carrera de guarda parques, y que se dedicaría precisamente a observar y cuidar esa zona. De otra manera hubiera sido casi imposible que la autorizaran a construir allí.

Por alguna loca razón, había decidido adquirir un piano, uno vertical, como el que había en el departamento que había alquilado en Nueva York. Una vez que la cabaña había sido construída fue un verdadero reto llevar el piano hasta el lugar, y no hubiera podido lograrlo sin la ayuda de sus pocos amigos.

Cuando el piano fue instalado en su pequeño hogar, no podía sentirse más feliz. Su preciosa y nueva morada estaba realmente completa. Clarke había buscado formas de aprender a tocar piano en internet, porque deseaba hacerlo, y aunque debía reconocer que no era su vocación, no lo hacía nada mal. Clarke era asimismo consciente de que además era una forma de seguir unida a ella. Incluso una bellísima foto que ella misma había tomado de Lexa, estaba en un portaretratos sobre el piano.

Atardecer -PostergadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora