-No -con un movimiento a su lado la morena hizo a la rubia correrse un poco para volver a entrar bajo las cobijas -Tengo un ratito aún sin ese par aquí en la habitación para darte unos cuantos besos -Brittany sonrió al escucharla y tomó las dos mejillas de Santana entre sus manos acercándola a su labios para no gastar más tiempo.

Cada beso compartido con Brittany era como subir al cielo y volver a la tierra, pero aun sintiéndose en el aire cuando la miraba a los ojos, Santana estaba segura que los ojos de Brittany serían la razón de su perdición algún día, en medio del beso sonrió por recordar todo lo que habían compartido en los últimos días, no podía dejar de besarla, decía que habían estado seis años sin verse y que tenían que compensar todo ese tiempo sin verse para nada, y por supuesto Brittany no podía negarse a nada que tuviera que ver con Santana.

Después de compartir unos besos mas y decidirse a por fin salir de la cama, aun notaban que las niña no estaban brincando en la cama pidiendo salir al parque o pasar el día jugando, pero aquello cobró sentido cuando salieron a la puerta de la habitación donde dormían las dos, las voces de las chiquitas se escuchaban totalmente entretenidas y ajenas a cualquier cosa que pudiera estar a su alrededor.

Elizabeth estaba sentada en el pequeño sofá en la habitación de Isabella con sus piernas cruzadas abrazada al unicornio que había ganado Patt la vez que fueron a la feria, miraba atenta a Isabella que al parecer estaba preparando una gran charla, Santana las miraba y quería reír porque parecían dos personas adultas muchas veces al verlas interactuar, Brittany miraba la escena agarrada de la mano de Santana muriendo de amor por lo unidas que se estaban criando esas dos.

Isabella se quedó frente a Lizzie con un par de fotos en la mano y Elizabeth solo la miraba atenta.

-Anda Isa, cuéntame ya.

-Paciencia. -susurraba la morenita -No había podido decirte nada porque era un secreto con mi mami y mis tías.

-¿Mis mamás? -preguntaba la pequeña Elizabeth -¿Te dejan decirle tías? ¿Por qué?

-¿No te gusta? -la pequeña Isabella preguntaba nerviosa, quería saber si su primita estaría bien con todo aquello.

-Si, me gusta la idea... asi seriamos como primitas -la pequeña rubia decía sonriendo. -¿Cuál era el secreto?

-Recuerdas cuando hablábamos sobre mi otra mamá en la plaza de juegos -Isabella decía caminando de un lado a otro mientras su prima asentía recordando lo triste que estaba Isa aquel día.

-Ese día estabas muy triste, y la señorita Brittany también. -la niña rubia hizo un puchero mirando a Isabella que ahora se había sentado en el piso, imitando su gesto la pequeña Elizabeth se sentó a su lado.

-Si, es que no encontrábamos a mamá -la niña decía sonriendo -¿Recuerdas que dijiste que tus mamis me ayudarían? ¡Lo hicieron! la tía pato es un genio. -la niña de ojos azules y pelo negro sonreía -Encontramos a mamá.

Santana sonreía y con lagrimas en los ojos abrazó a la rubia a su lado, al escuchar que su chiquita estaba triste y viendo como ella se sentía mal al ver y saber que Brittany sufría también, no podía imaginar lo mal que lo habían pasado sin ella.

Su pequeña confiaba en Elizabeth para decirle el cómo se sentía y eso le llenaba el corazón, esas dos niñas eran para Santana su adoración.

-Te dije que mis mamis son superhéroes -Elizabeth decía con una sonrisa antes de abrazar a Isabella -¡Ya esos tontos de la escuela no dirán cosas! ahora tendrás a tus mamis, como yo.

-Si, pero si dicen algo ya nos encargamos, como tu mamá Tasha no enseño. -Santana negaba riendo bajito porque se imaginaba a su hermana enseñando a las niñas a defenderse.

Recuerdos De Amor - BrittanaKde žijí příběhy. Začni objevovat