Detrás de la cámara. © [Tom Felton]

Capítulo cuarenta y tres. | SEGUNDA TEMPORADA.

— Tranquilo, solo vine por mi celular y ya.—Un resongo salió del chico, Moa rodó los ojos en son de burla. Aquella mujer le dio un beso corto que provocó que aquel sonriera lleno de tanta ternura y felicidad.— ¿Puedo peinarte?

— Después de que desayunes.

Una exhalación exagerada soltaron los labios de aquella, el rubio sonrió lleno de picardia. Los ojos azules de aquel hombre siguieron el cuerpo de su amada que se había alejado de él para tomar su celular y salir de la habitación.

Era el inicio del tercer por lo que ansiosamente el rubio se esperanzaba en que el medio año que faltaba se fuera volando, Octubre había comenzado y con ello proyectos llegaban a su puerta, a Felton le emocionaba poder trabajar pero su preocupación lo opacaba ¿Cuál podía ser? El que algunos de los proyectos que se le proponían lo alejaran de su novia.

A veces el rodaje de algún filme podía tardar meses y él no quería eso, y en verdad no deseaba eso, no quería perder el proceso y la evolución del embarazo de la mujer que amaba.

Bien podría llevarla con él y esta resultaba ser siempre la opción que más lo tentaba pero tenía presente que podría ser un poco riesgoso teniendo en cuenta que a veces las condiciones climáticas en algunas personas podían tener como resultado que se enfermaran. No quería exponerla.

Tal vez debía dejar de sobreinformarse en Internet...

¡Pero vamos! Él solo quería que su novia y el bebé que crecía en ella estuvieran bien.

Moa yacía sentada en la mesa llevando a su boca con una mano la tira de tocino frita y crujiente mientras la otra se desplazaba entre sus redes sociales poniendose al corriente con lo que podía estar de moda de la noche a la mañana.

“Ojalá te mueras maldita puerca, deja de comer para ver si puedes bajar todos esos kilos aunque para ser sincera, ni naciendo de nuevo la vida tendría piedad contigo.”

“¿ES QUE ACASO NO ENTIENDES? ALÉJATE DE TOM”

“Deberías suicidarte, no vales ni un jodido centavo, al menos así haces el favor de estar con tu madre de nuevo, ambas juntas y muertas.”

Aquel último comentario despertó una sensación de escalofríos en la mujer ¿Cómo se habían enterado de que su madre no estaba viva? Y peor aún y más importante ¿Por qué ahora se metían con cosas tan personales? Magdala simulaba no darle importancia a esos comentarios que día con día recibía pero no podía ignorarlos todos, algunos causaban tanto impacto que por una mañana completa era lo único que rondaba en su cabeza

¿Siempre sería así?

Sintió una presión en su pecho, un vacío en su interior que parecía expandirse pir cada celula de su cuerpo. Seguía sin decirle algo a su amado, no quería que aquel se viera envuelto en el estrés y culpa de saber que su fandom le agredía. Dejó el celular a un lado sobre la mesa bocaabajo, suspiró pesadamente tratando de canalizar todas sus emociones para que nada de ello le afectase, como si quisiera "apagar" sus emociones ppr un momento para que todas esas palabras no le afectasen.

Estar embarazada podría ser la cosa que a Moa más le podía poner feliz al igual que Tom, ambos adultos estaban seguros en que la paternidad y maternidad que ejercerían sería deseada pero a veces este mismo embarazo podía traer ciertos sacrificios como lo era para la morena tener sensibilidad en diferentes aspectos así como podía incrementar la inseguridad en ella. Armstrong no tenía problema con saber que su embarazo cambiaría algunas cosas en su cuerpo, estaba feliz incluso de que cambiaran para adaptarse a la personita que comenzaba a amar.