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Ambos jóvenes estaban en un puesto de crepes, viendo como un joven francés las hacía. Ya era muy tarde, y ambos decidieron dejar su cita hasta ahí, aunque como todavía tenían hambre pararon en ese puesto ambulante.
Estaban hablando tranquilamente con el francés sobre como tuvo que emigrar de su país hasta que unos gritos interrumpieron la charla. De repente, un pelirrosado y una castaña saltaron encima de Megumi, echándole en cara que los estaba engañando, o al menos eso entendió (N), que no sabía donde meterse.
— ¡A mí también me tragiste a este lugar, rata de dos patas! ¡¿Traes a todas las chicas aquí a conquistarlas para luego abandonarlas o que?! — dijo la chica.
— ¿La conoces? — le susurró (N) al dueño del puesto.
— Para nada — respondió del mismo modo.
— ¡Eres horrible Fushiguro-kun, me juraste que no te gustaban las mujeres! — habló ahora el chico.
— ¿En serio van a hacer este número de nuevo?
Cuando la (CC) sintió que una gran sombra la tapaba, miró hacía arriba, encontrándose con un albino con gafas de sol, mirándola con desprecio, o eso deducía.
— ¿Te parece gracioso llevar a mi pequeño Megumi al oscuro mundo de la heterosexualidad? ¡¿Te parece gracioso perra rompehogares?! — el señor se giró hacia Fushiguro para hablarle con un tono dulce — Tranquilo Megumi-chan, volvamos a casa y retomemos nuestra clase de violín.
— ¿Nunca te dijeron que tienes pinta de pederasta? — le respondió con simpleza (N).
— Tiene razón, esas gafas son muy turbias monsieur — la apoyó el francés.
Tras darles un puñetazo a sus dos compañeros para que lo soltaran, Megumi le dió dinero al francés, cogió a (N) en brazos y salió corriendo de allí, siendo perseguidos por el adulto del grupo.
— ¡Todavía no has terminado de tocarme tus escalas de esta semana, Megumi vuelve aquí!
◇◆◇
Tras perder al peliblanco, se sentaron en una banca para que Megumi descansara un poco.
— Sigo teniendo hambre, saliste tan rápido que no pude coger la crepe — le dijo decaída.
— Siento todo ese lío, los patearé cuando vuelva a la escuela, ahora mira algo que quieras que te lo compro, ¿si? Deja que te compense por todo esto.
— Bueno, había pensado en recrear tus clases de violín, ya sabes, yo soy el violín y tu me tocas, y si quieres sacar el arco por mi perfecto.
Tras mirarla unos segundos, la volvió a tomar en brazos como antes y corrió hacia la casa de la chica.
— ¡Os encontré sucios adolescentes hormonales calenturientos! ¡Aléjate de mi Megumi perra!
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pido disculpas por si alguien se arrancó los ojos después de leer esto, lo comprendo perfectamente.que me pasa por qué soy tan pesimista
bno eliminaré esto dentro de unas semanas como estoy haciendo con casi todos mis capítulos 🐢
