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Al día siguiente me llamaste y me dijiste:

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Al día siguiente me llamaste y me dijiste:

"No recuerdo absolutamente nada."

Tuve que fingir que no fuiste a mi casa.

Tuve que fingir que tu beso no ocasionó nada en mí.

Tuve que fingir que aún no tenía la sensación de tu boca contra la mía, que mis labios no cosquillaban en busca de más. De ti.

Y mi corazón... mi corazón decía a gritos tu nombre.

¿Acaso no lo escuchaste?

Ámame (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora