capítulo 22

Depuis le début
                                    

—¿Quieres parar? —pregunta con voz ronca, separándose unos centímetros.

Tiene los labios rojos e hinchados por los besos que hemos compartido, y en sus ojos hay un brillo que me pone los pelos de punta.

—No. —logro murmurar, intimidada por la mirada en sus ojos.

Nuestros labios se encuentran en un beso salvaje, donde ambos luchamos por mantener el control de la situación. Algo que he notado a lo largo de los besos que hemos compartido, es que a Neville le gusta estar a cargo; su boca se apodera con rapidez, sus manos buscan donde afianzarse y él toma el control.

El ruido de pasos y voces en el pasillo nos ponen alerta, nos separamos rápidamente y compartimos una mirada asustada.

Cuando la puerta del dormitorio se abre apenas tengo tiempo de reaccionar hasta que siento que caigo fuertemente contra el suelo de la habitación y mi cabeza golpea contra la mesita de noche que hay junto a la cama de Neville.

—Mierda. —me quejo acariciando mi cabeza con la mano mientras me siento en el suelo.

Levanto la mirada hacia Neville, quien luce completamente culpable.

—Me aventaste de la cama. —lo acuso en un susurro.

Él me da una sonrisa de disculpa.

—Lo siento, entré en pánico. —susurra de regreso.

Observo con una ceja arqueada cómo Neville toma uno de los cojines de su cama y lo coloca discretamente sobre sus muslos, cubriéndose la entrepierna. Él me da una mirada apenada y se encoje de hombros.

—¿Qué haces en el suelo, Sophie? —pregunta Ron con tono suspicaz, entrecerrando los ojos.

—Estaba buscando mi arete. —agrego rápidamente, agachándome debajo de la cama para continuar mi falsa búsqueda.

Hay un corto silencio, donde supongo que Ron asiente, y luego escucho sus pasos caminar hacia su cama. De repente se detienen.

—Tú no usas aretes, te hacen alergia. —comenta.

Maldigo en voz baja, pienso seriamente qué tan necesario es salir de mi escondite, quizá pueda fingir que no lo escuché y seguir buscando hasta que él se haya dormido.

Pero cuando dice mi nombre en tono de sospecha, mis planes se van por la borda.

—¿Dije aretes? —repito con una risita. —Quería decir anillo, el anillo de Hermione. Me lo prestó hace unos días y había olvidado regresárselo, creo que ya lo perdí.

Ron entrecierra aún más sus ojos.

—Pues mas vale que lo busques bien, Hermione ama sus anillos.

Mentalmente suelto un suspiro de alivio.

—Sí, aunque aquí no lo encontré. Llevamos buscando por horas, ¿cierto Neville?

Neville está pálido como una hoja, tiene los ojos desorbitados mientras mira a Ron con lo que parece ser una mezcla de terror y pánico. Mi mellizo entrecierra los ojos hacia él y yo maldigo internamente.

—¿Neville? —repito, mirándolo con ojos de advertencia.

Él pega un brinco.

—¿Eh? ¡Oh, si! El arete.

—Anillo. —corrijo entre dientes.

—¡Anillo, s..sí, eso...! Llevamos horas buscándolo, no está. —balbucea con nerviosismo, sin apartar la vista asustada de Ron. — Solo hacíamos eso, buscarlo quiero decir. No hicimos nada más, solo buscar el arete... anillo. Santo Dios, necesito salir de aquí.

courageous| neville longbottomOù les histoires vivent. Découvrez maintenant