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LAS VACACIONES SE HABÍAN arruinado, pues Tommy no planeaba quedarse de brazos cruzados. Visitó su oficina en Small Heath y cargó su pistola con la bala que tenía el nombre de Hughes en esta.
— Thomas, por favor. Si te vuelven a hacer algo, no tendré la fuerza suficiente para curarte — susurraba Pearl en llanto. —. Por favor, no quiero que te pase nada.
— Pearl, ese hombre me está haciendo la vida imposible, además de ser un maldito traidor. Por favor, déjame ir y hacer lo que tengo que hacer — respondió tomándola de las mejillas. —. Voy a regresar bien, tenlo por seguro.
— No... tengo un muy mal presentimiento de esto, por favor, hazme caso — pedía.
Tommy sabía que debía obedecerla: ella siempre tenía la razón, pero no podía detenerse. Abrazó a Pearl por unos minutos y la calmó un poco, cuando vio que estaba mejor, le dijo que tenía que irse.
— Thomas... por favor — susurró una última vez. —. Sé que vendrás hecho mierda y yo no podré ayudarte — niega.
— Entonces me quedaré en el hospital — responde con una media sonrisa. —. Cariño, debo irme. Te amo y te veré pronto, si tengo la suerte necesaria — asiente. —. Te amo.
— Yo también te amo, Thomas — dice besando sus labios. —. Por favor, cuídate.
