d i e c i s é i s

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—Me sentía feliz cuando lo conocieron, pero ahora, ya no confío en él, así que perdóname, pero no puedo estar tranquilo y mucho menos feliz—Mark se encogió de hombros.

—Si no confías en él, confía en mí.

—En ti es en quien menos confío, amigo—rio—. Tú confías de más en las personas.

—No les diré a los niños hasta que me sienta completamente seguro.

—Eso dijiste con JongHyun y todos sabemos cómo terminó.

—YoonOh no es como él.

—¿Cómo estás tan seguro?

—YoonOh es lindo con los niños y eso me basta para confiar ciegamente en él.

Mark guardó silencio y soltó un gran suspiro.

—Por favor, ten cuidado.

—Lo tendré.

—Si te vuelve a hacer daño, lo mataré—Johnny acarició su hombro.

—Gracias, John. Buenas noches—tomó las grandes bolsas y subió a la habitación de sus hijos.

Los menores estaban cepillando sus dientes, así que su padre aprovechó para poner los regalos sobre sus camas.

—¿Podemos dormir contigo, papi?

—Sí, mi amor—sonrió—, pero antes miren lo que les trajo YoonOh.

Los pequeños abrieron las bolsas y soltaron un gritito de emoción.

—¿Las trajo de Finlandia? —preguntó el mayor.

—Sí—rio—. Cuando lo vean le dan las gracias, ¿De acuerdo?

Ambos asintieron frenéticamente.

—Bien. Vamos a dormir—tomó las manos de sus hijos y los llevó hasta su habitación.

Les deseó las buenas noches con un beso en la frente y se acurrucó con ellos.

Una vez que sus hijos estaban dormidos, comenzó a acariciar su brazalete y luego de un buen rato de estar sonriendo como tonto, al fin se quedó dormido.

A la mañana siguiente, TaeYong despertó en cuanto sonó su alarma, la apagó y se levantó con cuidado para darse una ducha.

Luego de vestirse, despertó a sus hijos con un par de besos y palabras dulces. Sabía que no tardarían en despertar, así que bajó a la cocina para comenzar a preparar el desayuno.

No pasó mucho tiempo cuando Mark bajó aun con el cabello húmedo y comenzó a ayudarlo.

Estaban cocinando tranquilamente cuando entró una llamada al celular de TaeYong.

—Es YoonOh, ¿qué hago? —preguntó nervioso.

—Solo responde—rio.

El pelinegro asintió, suspiró y respondió la llamada.


—Buenos días, YoonOh—saludó con un extraño tono de voz.

Mark comenzó a reír bajito de su actitud "natural".

—Buenos días.

La piel del mayor se erizó al escuchar su voz mañanera.

—Buenos días—repitió más nervioso que antes.

—¿Qué hace? ¿Lo desperté?

—No, estoy preparando el desayuno.

—Oh, lamento molestarlo.

Bizarre [JaeYong]Where stories live. Discover now