El Callejón de la Pólvora

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"¡Ese tipo debería estar preso!" le dije a Lucía antes del incidente, horas más tarde la acompañé a la policía a denunciar a Gregorio. Él se había vuelto muy agresivo con ella y yo sabía el motivo.

Siempre sentados en el mismo banco de la plaza, Lucía me contaba su vida: "Amaba la escuela, amaba la natación, mi abuela me amaba y de repente... el "Gran Mal" me atacó. Desde entonces odié las letras, odié mi hogar y todo lo que tanto había amado. ¿Rebeldía? no creo, no es fácil superarlo con un padrastro hostil y mucho menos sin el apoyo y calor materno, en fin con una familia totalmente indiferente. Quise vivir con mi padre y mi mamá no aceptó la petición. Le insistí tanto que al irme, ella se quitaba un peso de encima, una carga que venía llevando desde los dieciséis años cuando me parió, aunque yo le gané... fui madre a los quince años".

Lucía vivió con su abuela Isabel desde que nació, ella era quien mejor la trataba de la familia. Isabel trabajaba de conserje en un edificio. "Ella me enseñó a rezar, a leer la Biblia, me llevaba a misa y trató de que aprendiera a tejer. Yo le contaba mis secretos, nunca me gritó ni me pegó, ella me dio todo su cariño y pasaba la mayor parte del tiempo conmigo. Me paseaba en la carretilla, la ayudaba a sacar la basura y barrer los pasillos, era muy trabajadora y se esforzaba para que los propietarios del edificio se sintieran complacidos con su trabajo. También me llevaba a ver a mi papá".

Una lástima que muriera de cáncer cuando Lucía tenía doce años, la vio morir postrada en una cama, "ella parecía una madre conmigo y yo la llamaba mamá". Al contármelo su voz se quebró y mis ojos se aguaron, fue su gran pérdida, ya no tenía a quién contarle sus secretos, ni quién la mimara. Sólo recuerda que una vez su abuela le dijo que llamara "mamá" a Teresa, esa desconocida que vivía con ella en la conserjería.

Teresa tuvo a Lucía muy joven, es su única hija. El papá de Lucía no es tan joven, se llevan más de quince años de diferencia y esa relación con Cheo, el papa de Lucía, me resultó muy extraña porque la abuela de Lucía cuidaba mucho a su hija Teresa, de la misma forma que cuidaba a su nieta. "Mi papá me dijo que mi abuela le pedía dinero prestado" expresó Lucía. Tiempo después llegué a la conclusión de que quizás ese fue el motivo de por qué Teresa quedara embarazada tan joven.

Pienso que me convertí en su abuela, pues todo me lo contaba como cuando me dijo "mi mamá tiene problemas con el dinero, desde muy joven contrajo deudas por pedir préstamos a personas, motivo para ganarse muchos enemigos. Hay gente que le vende reposos médicos falsos, también falsificó el título de bachiller por eso es que pudo conseguir trabajo como auxiliar de preescolar".

Teresa me pidió dinero una vez, no era mucha la cantidad. Yo se los presté y me lo devolvió a las tres semanas. Pero meses después me mandó a decir con Lucía que si le podía prestar una cantidad mayor y me negué, convencido de que ella es una deudora compulsiva. Lucía recordó esta anécdota: " Mi mamá me contó que cuando cumplí un año ella encargó la torta y no la pagó, el que la trajo se fue muy molesto; luego, a mis cinco años mi mamá no pagó mis botas y el doctor me las quitó sin que terminara de enderezar mis pies". El problema se presentaba desde hace tiempo. Otra faceta que noté en Teresa era su forma de actuar, unas veces de buen humor, otra de malas y con muchas contradicciones, pienso que quizás sufre de bipolaridad.

Al morir la abuela de Lucía, Teresa se encargaba de llevarla al hipódromo a ver a Cheo, él era hijo de un matrimonio árabe, abuelos paternos que Lucía nunca conoció. Cheo vendía números de caballos en la tribuna y trabajaba en varios hipódromos del país. A veces Lucía me contaba los mejores secretos cuando íbamos en el Gasparín –mi carro, un Mustang color blanco luna, lo único negro que tiene son los cauchos– "Mi papá tuvo 19 hijos con varias mujeres, yo conocí algunos de mis hermanos y a dos novias de él", "él practicaba brujería", "por su culpa quedé embarazada"... Su última frase me perturbaba, llegué a pensar que su padre la embarazó, asunto que me aclaró algunos días después; cuando Lucía se fue a vivir con su papá, conoció a Daniel, el papá de Javiercito —hijo de Lucía—. "Sus uñas siempre estaban sucias de grasa de carro, me daba asco estar con él pero no tuve más opción".

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⏰ Última actualización: May 27, 2023 ⏰

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